Divorcio
No puedo menos de contestar a la carta del 25 de abril, firmada por Javier Galán, que titula Kramer contra Cavero.El señor Galán es muy dueño de divorciarse o no. Es su problema. Pero me molesta que trate a los que estamos a su favor como peleles que siguen una moda o como analfabetos que debemos aprender a leer.
Para nadie es agradable terminar con algo que se empezó con todo el amor, toda la ilusión. Nadie se divorcia porque sí, porque se lleva.
El señor Galán, en lugar de ir al cine y sacar tantas conclusiones de una película, debería asomarse a la ventana del mundo. ¿No ha visto a un matrimonio pegarse e incluso amenazarse con un cuchillo ante la horrorizada mirada de los hijos? Yo sí. ¿Conoce el señor Galán a mujeres abandonadas por el marido? Yo sí. ¿Conoce a matrimonios que viven como hermanos, porque no tienen nada que hacer juntos? Yo sí. ¿Conoce a niñas pequeñas pegadas y violadas por su padre borracho? Yo si.
Si Javier Galán es casado y feliz, mi cordial enhorabuena, que lo conserve, porque ha tenido mucha suerte; pero que deje a los demás, que si no les ha salido bien, lo intenten otra vez. /
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