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Aprobadas la reducción y la ampliación de capital de la Banca López Quesada

La junta general extraordinaria de accionistas de la Banca López Quesada aprobó por una amplia mayoría -el 99,5% del capital presente y representado en el acto, que a su vez suponía el 63,02% del capital social de la entidad- una reducción del 50% del capital y una posterior ampliación del mismo de 3.241,4 millones de pesetas.La cobertura de esta ampliación está garantizada por el Fondo de Garantía de Depósitos en la cuantía que no sea suscrita por los actuales accionistas de la Banca López Quesada, hasta 3.000 millones de pesetas. En definitiva, las acciones de la BLQ que tenían un valor nominal de 150 pesetas pasarán a ser de 75, y desde el 30 de abril al 31 de mayo se realizará el desdoble de capital.

Esta operación «acordeón» llevará el capital de la Banca López Quesada a 4.051 millones y vendrá a solucionar, por el momento, los problemas del banco, pues en definitiva supone destinar 810 millones de pesetas, el importe de la reducción de capital, más 1.556 millones de la cuenta de reservas al saneamiento de las partidas del activo, mas la inyección que le supondrán los 3.000 millones de la ampliación.

Las pérdidas conocidas fueron estimadas por su actual presidente, José María Castañé, en unos 3.000 millones de pesetas. Estas pérdidas fueron desglosadas de la siguiente forma: 429 millones correspondían al antiguo grupo Palcón; 1.372 millones, de Celulosa Almeriense; 827 millones, de costes de ejercicios anteriores no contabilizados, y 328 millones, de pérdidas del primer trimestre de este año. Esto sin tener en cuenta otras posibles pérdidas aún no exactamente evaluadas, como serían las inversiones y riesgos asumidos en el grupo Toscamar y en el Banco de Navarra.

Así fue entendido por los accionistas, y a pesar del ambiente tenso en el que se inició la junta, de los momentos comprometidos, que llevaron incluso a diez minutos de confusión tras la intervención del primer accionista en el turno de ruegos y preguntas, e incluso de los insultos personales que se oyeron en el fondo de la sala, se aprobaron los puntos del orden del día.

En su primera intervención ante los accionistas, José María Castañé, presidente desde el pasado mes de agosto, se refirió a la delicada situación que atraviesa la economía del país en general, y las repercusiones concretas de la crisis en el mundo bancario, lo que ha desencadenado una importante crisis en la que los errores y actos no procedentes de los administradores de algunas entidades no han sido ajenos a los resultados negativos finales.

Comunicó asimismo a sus accionistas que está en curso una auditoría del banco encargada a una firma solvente, y que para antes de la junta general ordinaria, a celebrar el próximo mes de junio, estará concluida, lo que permitirá un conocimiento exacto de la situación actual de la Banca López Quesada.

Se refirió a la operación de reducción de capital y posterior desdoble, calificándola de positiva, ya que era la única solución posible para atajar los problemas del banco, porque «entre un banco al 80% (se refería a la cotización actual de las acciones de la BLQ en la Bolsa), son muy serios problemas, y ese mismo banco al 50%, pero saneado y con un futuro alentador, no hay comparación posible».

Las intervenciones de los accionistas fueron abundantes, doce en concreto hicieron uso de la palabra y, en general, supusieron una dura crítica para los antiguos administradores, de los que se pidió con insistencia la dimisión, y un apoyo y voto de confianza a la línea del actual presidente. No obstante, la próxima junta general se plantea como nuevamente conflictiva, pues en ella se habrá de dar cuenta de la situación de la BLQ, de los hechos exactos que llevaron al comprometido momento actual, y en ella probablemente se exigirán cuentas a los anteriores administradores.

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