Democracia rural

Continuamente escuchamos y leemos que la democracia esto, que la democracia aquello. Vivimos como si esa democracia se plasmara en todas y cada una de las capas sociales del país, cuando lo cierto es que no es as!.Mientras en Madrid, con el Parlamento, el Gobierno y los partidos, políticos; en Barcelona y en el País Vasco, con su autonomía, el hecho democrático es más o menos real, en los pueblos de España, no los famosos «distintos pueblos del Estado», sino las aldeas, las «zonas urbanas », la democracia no sólo no ha llegado, además tardará mucho en llegar, y ello sencillamente porque faltan demócratas de verdad, no los de toda la vida, ni los progres. Porque no es demócrata quien al frente de un ayuntamiento democrático se une al desorden y a la delincuencia. No hace mucho leíamos en EL PAIS una carta en la que se acusaba a un alcalde de allanamiento de morada. no pocas veces vemos a nuestros concejales cómo protestan por las informaciones que publica la prensa. ¿Por qué todo esto? ¿Es que no son de verdad demócratas? Esto es lo que creo. Un verdadero demócrata no consentiría que en los pueblos españoles se den las situaciones que se dan; no permitiría que se ría la gente de la ley o de la libertad de los otros.

Y todo esto se produce en muchos pueblos, principalmente en Andalucía. Está muy bien la democracia, es lo mejor, pero que sea una democracia de orden, libertad y progreso, y no una democracia que nos lleve al enfrentamiento entre unos y otros. Claro que no es fallo de la misma democracia, sino de los demócratas, de ahora, de antes o de toda la vida./