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Una multinacional propone soluciones para el conflicto de las cafeterías de Barajas

La jornada de lucha convocada para ayer por los trabajadores de las cafeterías de Barajas constituyó un fracaso, ya que todos los servicios públicos del aeropuerto funcionaron con entera normalidad. El conflicto se hizo notar únicamente por la presencia de unos cuatrocientos trabajadores encartelados que se manifestaron por las terminales desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde, hora en que fueron disueltos por la policía con lanzamiento de botes de humo.

Con todo, la larga huelga de las cafeterías, que permanecen cerradas por decisión patronal desde el 22 de febrero, entró ayer por nuevos derroteros al mediar en el tema la empresa Sodexho España, SA, que convocó al comité a las siete de la tarde para negociar una solución. Según los propios trabajadores afectados, Sodexho España, SA, es una multinacional de la hostelería, que maneja, entre otras, las cafeterías del aeropuerto de Orly-París, y que podría haber llegado a un acuerdo con la concesionaria actual de Barajas, Hotel Alameda, SA, y con la propia Subsecretaría de Aviación Civil, para hacerse cargo del servicio del aeropuerto madrileño. A la hora de cerrar esta edición se carecía de datos sobre el resultado de esta primera reunión.Por lo que afecta al desarrollo de la jornada de lucha, los propios trabajadores de las cafeterías reconocían que se había limitado a su presencia en las terminales, en una manifestación que duró cerca de diez horas.

Los carteles que portaban los trabajadores, todos idénticos, contenían el siguiente texto: «Seiscientas familias en paro forzoso por el cierre patronal. Despedidos por el presidente de la patronal de hostelería, Carbó. Cafeterías y restaurantes aeropuerto de Barajas». Al margen de la sorprendente presencia de varios centenares de encartelados en el aeropuerto, el único trastorno que produjeron en el normal funcionamiento dé sus instalaciones fueron los atascos originados en los accesos cuando la manifestación cruzaba los pasos de cebra.

Los servicios del aeropuerto sufrieron escasas alteraciones en su funcionamiento. La central sindical Comisiones Obreras informaba que 7.000 trabajadores habían participado en la jornada de lucha, en tanto que fuentes de la Subsecretaría de Aviación Civil aseguraban que el fracaso de la misma había sido total.

Una discreta presencia policial se mantuvo durante toda la jornada -los encartelados empezaron su paseo a las siete de la mañana-, para evitar posibles incidentes. Cuando la estancia de los manifestantes en el interior de los edificios se prolongaba en exceso, los policías invitaban a salir a los trabajadores con modos bastante amables. En una de estas salidas, hacia las 16,45 horas, los encartelados se encontraron, sin embargo, con que en el exterior les esperaba la policía antidisturbios.

Cuando los trabajadores estaban deliberando si volvían a introducirse en la terminal, la policía comenzó a disparar botes de humo y dispersó rápidamente a los manifestantes. Al parecer, no se produjeron detenciones.

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Los trabajadores de las cafeterías de Barajas, que se encuentran en paro desde el 22 de febrero, fecha en que se inició el conflicto, pusieron de manifiesto, una vez más, la imposibilidad de llegar a un acuerdo que no contemple la salvaguardia de todos los puestos de trabajo, incluyendo la readmisión de los 49 despedidos. A esta condición se ha negado en todo momento la empresa concesionaria de las cafeterías, Hotel Alameda, SA.

A título de anécdota, en torno a la jornada de lucha de ayer, cabe apuntar que los trabajadores dirigieron un escrito al embajador de Cuba en Madrid lamentando que el Gobierno español hubiera accedido a repatriar a quinieñtos cubanos en unos momentos en los que el paro afecta gravemente a los españoles. Al propio tiempo, se ofrecían a ir ellos a Cuba, si se les garantizase un puesto de trabajo.

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