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Informe catastrofista del FMI sobre los países industrializados

Los países en desarrollo presentaron ayer en la reunión del Comité de Desarrollo del Fondo Monetario Internacional (FMI), en Hamburgo, un panorama especialmente sombrío de su situación económica y exigieron una importante ampliación de los recursos del Banco Mundial, especialmente su nuevo fondo de ayudas para ajustes estructurales, para remediar el problema. Su exigencia coincidió con la filtración de un informe catastrofista sobre la situación económica en los países industrializados, que, pendiente de análisis final en la reunión del comité interino del FMI, que tendrá lugar hoy en la ciudad alemana, modifica sustancialmente a la baja las ya adversas previsiones económicas en Occidente para este año y el próximo.Estas previsiones reducidas, que ante la falta de un consenso sobre la necesidad de implantar la cuenta de sustitución se han convertido en el punto más importante de las reuniones de Hamburgo, señalan que la economía global de los países industrializados apenas crecerá un 1,4% en 1980 (en lugar del 3,4% estimado previamente) y tenderá a estabilizarse en un 1,2% el próximo año. El informe señala que algunos países, como Gran Bretaña y Estados Unidos, no llegarán siquiera a tener crecimiento positivo, mientras que otros, como Japón, presentarán un balance bastante aceptable.

En cuanto a la inflación, y tras destacar que continuará siendo un grave problema para la economía mundial en los dos próximos años, el informe resalta que se ampliará aún más el abanico diferencial de las tasas de inflación en los países industrializados, con un deflactor del producto nacional bruto conjunto de los mismos del 9,6% en 1980, comparado al 7,6% en 1979 y al 7,1% en 1978.

Asimismo, en 1980 se cuadruplicará el déficit de la balanza de pagos conjunta para los países industrializados, hasta alcanzar los 47.500 millones de dólares por los 10.000 de déficit en 1979 y los 29.600 millones de superávit en 1978. Este déficit global en los países industrializados coincidirá con un incremento desproporcionado del superávit en los países productores de petróleo, que podrá alcanzar los 150.000 millones de dólares en el curso del presente año y que dejará sentir sus efectos más perjudiciales sobre las naciones en vías de desarrollo (cuyo déficit se estima en 67.500 millones de dólares).

Esta situación de amplio desequilibrio repercutirá negativamente sobre los países en desarrollo sin petróleo que, como consecuencia de los problemas derivados del reciclaje de los recursos financieros de unos grupos de países a otros, verán mermadas sustancialmente sus posibilidades de obtener recursos financieros exteriores para alcanzar sus metas de desarrollo. Simultáneamente, la capacidad de originar autofinanciación de estos países será prácticamente nula y les forzará a unos programas de ajustes económicos muy delicados. Para empeorar aún más su situación, el informe agrega que los escasos recursos financieros que obtengan se verán reducidos e incluso absorbidos por el incremento paralelo que registrarán los precios de los productos importados.

El problema de fondo que revela este informe preparado por el staff del FMI se vio reflejado, comprensiblemente, en los dos comunicados que hicieron públicos ayer los comités de desarrollo y el de los veinticuatro, reunidos con anterioridad al encuentro del comité interino del FMI hoy en el hotel Plaza, de Hamburgo. En estos comunicados se deja sentir la queja de los países en desarrollo por una coyuntura económica internacional globalmente adversa (aunque más especialmente para ellos) y la exigencia de que esta situación sea paliada con el incremento adicional de los programas instituciona les de ayuda del Banco Mundial (en particular, con el recién creado programa de ajustes estructurales) y del Fondo Monetario.

La discusión central del Comité de Desarrollo, a la que asistió en representación del grupo norte de América Latina el ministro español de Hacienda, Jaime García Añoveros, discurrió sobre la necesidad de incrementar los fondos adicionales de este fondo y sobre el establecimiento de un criterio no, muy estricto en la condicionalidad adjunta a la concesión de esta ayuda.

El comunicado de este comité también habla de las posibilidades de la cofinanciación del Banco Mundial con otras instituciones privadas en los programas y proyectos concretos del organismo.

En cuanto al comunicado del Comité de los veinticuatro, grupo que representa los intereses de los países menos favorecidos de las dos instituciones mundiales, hay que destacar su firme oposición al establecimiento de la llamada cuenta de sustitución y su expresión de temor ante las medidas recientemente adoptadas por los gobemadores de los bancos centrales de los principales países occidentales, para imponer un control en el mercado internacional de capitales.

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