Francia puede apoyar la política de Carter en Asia central

Francia podría sumarse a la estrategia de las sanciones económicas contra Irán solicitadas por el presidente americano, Jimmy Carter, según dejó entender anteanoche, en unas declaraciones a la televisión, el ministro de Exteriores, Jean François Poncet. El homólogo iraní de este último, señor Gotbzadeh, se encuentra en París, en visita «privada», y se entrevistó con el hombre de negocios argentino Héctor Villalón.París no se manifiesta abiertamente decidido a seguir la política americana de sanciones económicas contra Irán, tal como parecen dispuestos a hacerlo los alemanes e ingleses, aunque en medidas diferentes. Pero una declaración del ministro de Exteriores Poncet, en vísperas de la reunión de sus colegas de los nueve de la Comunidad Económica Europea (CEE) en Luxemburgo, el lunes y martes inmediatos, hace pensar que, en última instancia, Francia cedería. «Las medidas que tomemos», dijo el ministro refiriéndose a la reunión de Luxemburgo, «deben ser útiles, es decir, tienen que contribuir efectivamente a la liberación de los rehenes».

Francia, tras la decepción que le ha causado la revolución islámica, a pesar de haber cobijado al guía Jomeini, ha llegado a un cierto modus vivendi con las autoridades de Teherán. Pero, como otros países occidentales, no vería con malos ojos una evolución del régimen iraní hacia derroteros más moderados. Durante los momentos álgidos de la crisis irano-paquistaní, días pasados, en París se subrayaba la importancia de las relaciones entre Francia e Irak, en el sector nuclear, económico y, sobre todo, militar. Fue entonces cuando se comentó la posibilidad de que muchos países occidentales implícitamente se unirían a los moderados del Oriente Próximo para favorecer una contienda irano-paquistaní con el fin de apuntillar al jomeinismo. El único obstáculo que por ahora parece haber frenado la operación sería la URSS, que, en tal caso, acogería con los brazos abiertos a Irán. Lo expuesto explicaría que ahora las autoridades francesas, a pesar de su tercera vía diplomática (al mar gen de la URSS y de EE UU), se digan dispuestas a realizar los deseos del presidente americano, Carter.