Sin equipo definido
Pablo Porta es inasequible al desaliento; los amigos, acólitos y turiferarios de Kubala tienen más moral que el Alcoyano; los demás estamos más allá del desencanto. Ladislao Kubala perdió los papeles hace mucho tiempo y la selección, por tanto, sólo puede tocar de oído. La actuación de Kubala desde hace años sólo tenía una salida: la dimisión. En los últimos meses ya no cabe otra medida que el cese. Quienes tienen la máxima responsabilidad del fútbol nacional están obligados a tomar la decisión que las circunstancias imponen.Al margen del resultado contra Checoslovaquia, a Kubala, y como ocurrió frente a Inglaterra, hay que recordarle una vez más que su actuación es caótica. A dos meses de la fase final de la Eurocopa, seguimos sin equipo base. A dos meses del compromiso europeo, Kubala ha vuelto a dar muestras de un despiste general. En la propia concentración se ha enterado de que Arconada no se entrenó en la semana anterior y que Del Bosque tiene problemas musculares desde hace tiempo. Ello significa que persiste en su postura de no contar con los informes que pueden facilitarle los entrenadores de los equipos. Afortunadamente, esta vez hay algún centrocampista con clase.
En la convocatoria ha vuelto a rizar el rizo. Ha abandonado a sus últimos descubrimientos y, amparándose en el calor local, ha contado con cuatro hombres del Spórting. Cuatro hombres de los que tres no contaban hace veinte días. Kubala está cada día más automarginado del fútbol nacional. Si está aburrido, que lo diga. Nos evitaría los tostones que últimamente nos ha regalado.
