Carter exige la solidaridad de sus aliados contra Irán

La Administración norteamericana está decidida a tomar nuevas medidas de castigo contra Irán, si los cincuenta rehenes en su embajada de Teherán no son puestos rápidamente en libertad. El presidente Carter ha renovado su presión sobre los aliados europeos y Japón para que se sumen a las medidas de aislamiento de¡ régimen iraní.

La petición del presidente norteamericano a los países aliados se concreta en dos puntos: adoptar sanciones económicas contra el régimen iraní y, si la reclusión de los rehenes se mantiene más allá «del mes de mayo», romper relaciones diplomáticas con el régimen de Jomeini.De forma general, puede afirmarse que las reacciones iniciales europeas a estas nuevas peticiones norteamericanas son de rechazo. El canciller alemán, Helmut Schmidt, lanzó ayer una crítica conjunta a Estados Unidos y la Unión Soviética, a quienes acusó de no saber dialogar para evitar un eventual riesgo de guerra. La primera ministra británica, Margaret Thatcher, fiel aliada de Washington, ha declarado que su país no tiene decidido un plan de medidas económicas contra el régimen iraní, aunque espera que el tema de las sanciones europeas se decida en la próxima cumbre de la CEE, a celebrar los próximos días 27 y 28 en Luxemburgo. Francia e Italia no se han pronunciado. La prensa japonesa, por su parte, se muestra abiertamente hostil a la escalada de Carter. Se especula en medios comunitarios europeos que en la reunión de abril en Luxemburgo pudieran adóptarse algunas medidas económicas, contra Irán, pero éstas tendrían un carácter eminentemente simbólico.

Mientras los rehenes cautivos en la embajada estadounidense en Teherán eran visitados ayer, por vez primera y durante diez horas, por una delegación de la Cruz Roja Internacional, el semanario norteamericano Newsweek publicaba una encuesta que demuestra que el, lema iraní se está volviendo contra Carter. Su popularidad ha descendido. Sólo un 40% de los interrogados ahora opinan que su actuación en la crisis iraní es aceptable, contra un 77% que la consideraban positiva el pasado mes de diciembre.

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