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Bruno Calieri: "Nadie puede ser tratado psiquiátricamente en Italia contra su voluntad"

El término psiquiatría podría desaparecer dentro de algunas décadas. Esta es una de las ideas expuestas por Bruno Callieri, destacado psiquiatra italiano, presente en Madrid para participar en un curso organizado por el departamento de Psiquiatría, que dirige el profesor Alfonso Ruiz Mateos. El especialista italiano también se refirió a una ley promulgada en Italia, según la cual nadie puede ser tratado psiquiátricamente contra su voluntad.«En la última década la psiquiatría se ha encontrado en la tentación de ampliar su campo ... », comienza explicando el doctor Bruno Callieri. ¿Qué es la enfermedad para el psiquiatra italiano? Enfermedad es «el disturbio, a diversos niveles, de la comunicación interhumana», hecho que puede tener causa biológica, es decir, orgánica, por ejemplo, una encefalopatía; o causa psicológica, por ejemplo, un desarrollo alterado de las primeras relaciones intrafamiliares. La psiquiatría orientada en la primera dirección es denominada biogenética, mientras que la segunda es psicogenética. «Hoy se entrevé», añade, «la posibilidad de que algunos de estos disturbios puedan proceder de la propia dinámica social. Esta es la orientación sociogenética.»

Entre biogénesis, psicogénesis o sociogénesis, la opción del profesor Callieri es fenomenológica: «Yo, personalmente, opto por la fenomenología, lo que significa para mí la puesta en paréntesis de la teoría para pasar al estudio directo del fenómeno tal como éste se presenta. Esto es muy difícil porque para el hombre es difícil sustraerse a lo que Flaubert llamaba la "rabia de querer concluir".»

Respecto al movimiento antipsiquiátrico protagonizado por Bassaglia y otros, el doctor Callieri afirma: «El procede de la misma orientación fenomenológica que yo, pero ha acentuado la tendencia sociogenética, basándose sobre todo en la antipsiquiatría británica.»

«A mi parecer», señala el doctor Callieri, «la antipsiquiatría es la mala conciencia de la psiquiatría, y su desarrollo fértil y fecundo, por ejemplo, en Italia, puede ser considerado como un momento necesario de antítesis en la dialéctica interna de la psiquiatría, que, en cuanto ciencia del hombre, es radicalmente ambigua porque el hombre es ambiguo; ambiguo en el sentido más profundo del término: naturaleza e historia. »

Este es un dilema, según el especialista italiano, del que la psiquiatría no se puede liberar. Incluso se atreve a afirmar que «el término psiquiatría, en un futuro no muy lejano, dentro de algunas décadas, puede desaparecer porque es un término intrínsecamente ilógico».

Tras el acercamiento conceptual al campo del psiquismo, es la hora de la pregunta obligada sobre la terapia, la curación. «La terapia debe ser esencialmente psicológica», opina Bruno Callieri, «porque los disturbios psíquicos que son susceptibles de esta aproximación deben ser tratados desde la misma. En los disturbios en los que prevalece la impronta orgánica, no sólo es problemática la aproximación psicológica, sino también ilusoria. En esos casos, los trastornos deben abordarse farmacológicamente... Por otra parle», continúa, «una perspectiva exclusivamente orgánica o farmacológica me parece mixtificatoria, traiciona el sentido profundo del trastorno.»

¿Con qué actitud se produce el encuentro con el denominado enfermo? ¿Cuál es el objetivo del terapeuta? «Yo, en todos los casos», responde a mi pregunta el catedrático italiano, «intento ver si es posible instaurar un coloquio que no sea sólo una interrogación. El diálogo también es posible con el hombre instalado en su defensa. Si la persona no tiene un sentimiento de enfermedad no es posible continuar una verdadera labor de psiquiatría. Este es el espíritu de la ley italiana 180, así denominada, que, promulgada en marzo de 1978, ha revolucionado en nuestro país todo el campo asistencial en el terreno de las enfermedades psíquicas. Esta ley prohibe la curación del enfermo que no quiere ser tratado.» Según esta ley: «Sólo en casos de evidente peligrosidad, con orden judicial y por un tiempo breve -ocho días- se puede determinar un tratamiento obligatorio. »

El objetivo de la terapia parece ser, pues, para el profesor Callieri, otro diferente que el de la reinserción social del enfermo.

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