El
concejal socialista del Ayuntamiento de Salamanca Arturo Santos ha probado que la democracia es, además de un buen método de convivencia civil, una manera como otra cualquiera de ganar en las quinielas. Por lo menos, así ha resultado cuando el grupo B de octavo de básica del colegio de los maristas, donde enseña el concejal, ha invertido el dinero recaudado con las multas por comer chicle en una quiniela de 32 apuestas. Por votación democrática y a mano alzada se fueron rellenando las casillas, y, según pudo saber María del Mar Rosell, corresponsal de este periódico, en Salamanca, acertaron una de catorce, cinco de trece aciertos y diez de doce. En total, 1.671.304 pesetas.
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