Exaltación nacionalista en el entierro de los dos jóvenes vascos franceses muertos en Bayona
Cierta tensión interrogante se mantiene en el País Vasco francés como consecuencia de la muerte, la semana pasada, de dos independentistas, víctimas del artefacto explosivo que intentaban colocar en el coche de la mujer del subprefecto de Bayona, señora Biacabe. El entierro de los dos jóvenes, Ramón Arruiz y Txomin Olhagaray, se convirtió en una nutrida y silenciosa manifestación de exaltación del vasquismo. Ayer, las autoridades, gaullistas y giscardianas, organizaron una manifestación en Bayona «contra la violencia», que se valoró como un fracaso. Un nuevo atentado de I Partarrak ocasionó desperfectos ayer en un edificio de Hendaya.
Las cinco de la tarde del domingo pasado en Saint-Etienne de Baigorry, a cien kilómetros de Hendaya, en el interior montañoso de Euskadi norte; aquí viven los padres de Ramón Arruiz, miembro del movimiento separatista vasco Ipartarrak (Los del Norte). El padre, inválido, nació en Pamplona, y la madre en Alsasua, pero desde hace cerca de veinte años viven en Euskadi norte. Los funerales y el entierro de su hijo se celebraron en Baigorry (1.600 habitantes), a pesar de que Ramón no paraba mucho en el lugar.La iglesia del pueblo se quedó pequeña para acoger a unas 2.000 personas, llegadas de todo el contorno para asistir al entierro. Quince sacerdotes, «la mayor parte de ellos abertzales», se nos informó, habían preparado el texto que fue leído, a modo de sermón, por el cura párroco durante la misa de adiós: en primer lugar citó las palabras evangélicas, «no juzguéis y no seréis juzgados». Después subrayó, refiriéndose a Ramón y a su compañero: «No son criminales porque no tenían intención de matar.» (Los nacionalistas, más tarde, afirmaron, en efecto, no desear la muerte de la mujer del subprefecto). Después, el cortejo silencioso y grave se dirigió al cementerio. Dos docenas de coronas y ramos de flores fueron depositados sobre la tumba del nacionalista, ofrecidas por «Amigos de Pamplona», «Amigos refugiados», «Amigos de Anglet», «Amigos de: Hendaya», «Amigos del comité vasco de Pau», entre otros.
Con anterioridad, el hermano del fallecido entonó el Eusko Gudariak Gera, y la concurrencia continuó, fija la mirada en la ikurriña que había sido colocada sobre el féretro. Un joven, al terminar la ceremonia, gritó: «El pueblo vasco no te olvidará». Ya había anochecido y algunas señoras, con sus hijos, llegaron al cementerio solitario y rezaron ante el recién enterrado: « Esos no se han atrevido a asistir al acto público», explicaba un vecino.
La mayoría de los asistentes eran jóvenes
El mismo entierro se había repetido a primera hora de la tarde en Uxasson, otro pueblecito del interior de Euskadi norte, en donde recibió su sepultura Txomin Olagaray, rodeado de unas 1.500 personas. En los dos entierros, de los que no se había hecho publicidad, la gran mayoría de los asistentes eran jóvenes vasco franceses, algunos alcaldes y concejales de la región, más los veteranos de Enbata, el movimiento iniciador del nacionalismo vasco, no partidario de la violencia de Ipartarrak, acusado por este último grupo de blando respecto al centralismo parisiense, «pero que no fallan a la hora de la verdad». Se comentó, de igual manera, que muchos aludieron a la ausencia de los vascos del Sur, debida a la «operación filtro» realizada en la frontera franco-española durante los últimos días.«Contra la violencia en el País Vasco», y para contrarrestar el homenaje último de los nacionalistas a los dos muertos, las autoridades «centralistas» de la mayoría gubernamental convocaron una manifestación ayer en Bayona, que se desarrolló a las seis de la, tarde, a partir de la plaza de Charles de Gaulle. Según se estima, unas trescientas personas, corno máximo, desfilaron por la ciudad (las autoridades difundieron la cifra de 2.000), al frente de una decena de alcaldes, encabezados por el de Bayona, Henri Grenet, y el alcalde-diputado gaullista de Biarritz, Bernard Marie. «Esta es una manifestación de la tercera edad », comentó un fotógrafo de la agencia United Press, al observar la edad avanzada de la gran mayoría de los integrantes del cortejo. También había algún joven.
Por otra parte, las autoridades policiales de Bayona se negaron a informar sobre los detenidos de los últimos días. De los catorce interpelados la semana pasada, se supone que continúan en detención preventiva la amiga del fallecido Ramón, Marie Jose Alfaro, y Marie Bernardette Arguain. Ayer interrogaron a otros supuestos nacionalistas en Bayona, pero no se supo con certeza, al final del día, si habían sido liberados.
El subprefecto de Bayona, señor Diacade, al solicitarle una entrevista, le respondió a EL PAÍS, a través de su secretaria: «Hágale saber a ese señor que no quiero saber nada con la prensa española.» La comisaría de Bayona, a su vez, hizo saber que «cualquier información debe darla la subprefectura».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.