El deporte ayuda a la recuperación de los enfermos mentales

La actividad física como medio de curar ciertas enfermedades ha llegado a España. La experiencia recogida en diversos centros clínicos ha hecho que el doctor Marcos Becerro acometa un plan piloto, en Madrid para utilizar el deporte como terapéutica. Desde hace un mes, los enfermos psiquiátricos siguen un programa de actividad física, como mejor camino para su integración en la sociedad, y en breve serán los ancianos quienes se verán beneficiados de este plan, ya que, hoy por hoy, la inactividad es una de las causas que aceleran su muerte.

La importancia del deporte como beneficio a la persona está ya demostrada por diversos estudios realizados por médicos de todo el mundo. Los niños que dedican parte de su tiempo a la actividad deportiva poseen un desarrollo más rápido, un pulso más lento, una mejor coordinación motriz y adaptación al esfuerzo y sus resultados escolares son mejores que los que apenas mantienen una actividad física durante el día. En los adultos es también importante la práctica regular del ejercicio, porque se produce una mejoría en el consumo máximo del oxígeno, reduce la frecuencia del pulso, mejora la tensión arterial, la ventilación pulmonar máxima y produce una recuperación mucho más rápida después de ejecutado el mismo tipo de esfuerzo.En Estados Unidos y parte de los países europeos, principalmente del Este, emplean la psicoterapia por el deporte en el tratamiento de algunas enfermedades, incluidas las psiquiátricas, mediante la acción individual y el paso progresivo de la integración en el equipo. De este modo se consigue que el enfermo participe activamente en su curación, a la vez que disminuye la ingestión de medicinas y los días de hospitalización.

«El ser humano», dice el doctor Marcos Becerro, «responde a los estímulos externos, unas veces encerrándose en sí mismo y otras mostrando gran violencia hacia los demás; estas respuestas no son, de modo alguno, privativas de los enfermos mentales: lo que sucede es que el alienado sufre cambios profundos de carácter y de conducta que le llevan a cometer actos antisociales, lo que conduce a su aislamiento en un hospital psiquiátrico. Una vez dentro, el enfermo reacciona a veces con apatía, otras con indiferencia, algunas con violencia, y las más, con resignación. El ejercicio físico es entonces una válvula de escape por la que las personas hospitalizadas gastan las energías almacenadas durante las prolongadas horas de descanso forzoso, movilizan sus músculos y articulaciones, afectadas negativamente por la inmovilidad, intercambian experiencias con otros compañeros y sus cuidadores, con lo que mejoran su convivencia, al tiempo que se van sintiendo útiles y pueden aceptar los patrones de vida ordenados por la sociedad.»

El doctor Marcos Becerro interpreta una faceta en el deporte como terapéutica para enfermos. Desde la vertiente individual facilita la adaptación del esfuerzo, estimula el deseo de superación al mejorar el dominio de sí mismo y equilibra las capacidades. En la vertiente colectiva, induce al contacto, lo que supone un respeto a hombres, cosas y naturaleza, mejora las relaciones, se fortalece la, disciplina a unas reglas y queda eliminada la envidia por los resultados de los demás.

Por todo ello, ha presentado un plan experimental a la Diputación Provincial de Madrid sobre la acción del ejercicio físico-deportivo, tanto en la prevención como en la recuperación de la enfermedad, que fue aprobado. El plan tiene una innovación importante con respecto a los que se siguen en el extranjero: junto con los enfermos hacen también los mismos trabajos físicos médicos, enfermeras y todo aquel personal del hospital que lo desee para lograr una mejor integración del individuo enfermo en la sociedad.