Sentencia judicial sobre la moral y las buenas costumbres
La sección primera de la Audiencia Provincial de Barcelona absolvió ayer, con todos los pronunciamientos favorables, al fotógrafo César Lucas, que fue juzgado por el supuesto delito de escándalo público. El escándalo lo habían producido unas fotos de Marisol -la cantante y actriz que tiene un importante lugar en la educación sentimental de una generación de españoles-, en las que ésta aparecía sin ninguna ropa. Las había publicado la revista Interviu, en su número correspondiente al 2 de septiembre de 1976, y el reportaje llevaba la firma del fotógrafo inculpado.
Por el mencionado reportaje de ocho fotografias, que fueron de las primeras en que aparecía desnuda una actriz popular y española, que nunca se dedicó al destape, y sí, en cambio, ha hecho pública una postura de civismo y lucha vitalista y activa por los derechos cotidianos, el fiscal había pedido tres meses de arresto, nueve años de inhabilitación profesional y una multa de 30.000 pesetas para el fotógrafo. La defensa de César Lucas pedía la absolución, considerando que las fotografías por las que se le juzgó no podían considerarse constitutivas de delito alguno. Y esto sin contar con que, según la defensa, César Lucas no ordenó su publicación ni dio las foto! a la revista.
Una imágen polémica
Una de las fotos absueltas -pues a ellas se refiere la mayor parte del texto de la sentencia- fue publicada también por EL PAIS el pasado 21 de marzo, cuando el juicio contra César Lucas había quedado visto para sentencia, y justo cinco días antes de que ésta se pronunciara. En ella aparecía una Marisol casi majestuosa en su escorzo desnudo, pudorosa y bella, con una rosa en las manos. La foto produjo entre algunos lectores de este periódico cierta controversia, reflejada desde entonces en la sección de Cartas al director, y que recuerda la producida hace casi diez largos años, cuando un colega inglés nada sospechoso de sensacionalismo, el Times de Londres, publicaba por primera vez la foto de una mujer desnuda. Entonces no hubojuicio y, cuando el cotidiano londinense dedicó un número a la década, recogía aquella foto histórica como un logro de la civilización, de la aceptación del cuerpo.La sentencia de la Audiencia barcelonesa es clara en este sentido.
Afirma textualmente que «los hechos no son legamente constitutivos de un delito de escándalo público, previsto y penado en el artículo 431 del Código Penal, ya que las figuras de desnudos femeninos publicados en la revista de autos, en las que no aparece el sexo, ni se aprecian posturas procesales (sic) ni ademanes lascivos, y que revisten además de una notoria calidad artística». Suponemos que la palabra procesales, aparecida en la sentencia, es un error de transcripción, y que el texto judicial quiere decir procaces.
En cualquier caso, sigue este texto cuidadoso, por cuanto sienta que las fotos de César Lucas en que muestra a Marisol desnuda, «carecen, por su propia entidad, de todo significado pornográfico, no siendo susceptibles de ofender la moral ni las buenas costumbres», ni transgreden el precepto legal mencionado antes, que ha sido legislado para hechos que «por sú naturaleza produzcan el daño y ruina del espíritu del prójimo, o de conmocionar, la moral pública mediante el ataque al sentimiento medio de pudor poseído por la comunidad, o de suscitar morbosos deseos libidinosos, distintos de la mera conciencia del sexo, que, de modo natural y no censurable, nace de la simple contemplación de personas atractivas, del sexo contrario».
Yendo más allá, los jueces de la sección primera de la Audiencia de Barcelona, consideraron que en las fotografías, la actriz aparecía efectivamente desnuda, pero «en posturas de serena y estática naturalidad, sin actitudes provocativas ni insinuantes, y sin que en las mismas aparezca el sexo, apreciándose en dichas fotografías una notable calidad artística, tanto en el aspecto plástico de la composición fotográfica, como en su ejecución».
Nunca había hecho "desnudos"
Estas fotos, que la misma revista Interviu reproducía en su número del 9 de agosto de 1979, han sido fuente de disgustos para el propio César Lucas y para Pepa Flores, Marisol. Ellos se conocían desde que la actriz era adolescente, en aquellos tiempos en que encarnaba el ideal apenas carnal, confusa y sublimadamente erótico de los chicos que hoy pasan poco de los treinta años. Desde entonces fue siguiendo César Lucas los cambios ca y personal de la actriz, y la foto grafió en todas sus épocas, hasta éstas que le han hecho comparecer ante la justicia. El pasado 30 de agosto, y en la misma revista en que habían aparecido, explicaba César Lucas la génesis de este reportaje «Antes ya habíamos hecho algunas cosas con gasas y velos», dice César Lucas, «pero no se podía decir que fueran fotos eróticas. Pero ocurrió entonces que Goyanes (entonces Marisol estaba casada con Carlos Goyanes) quiso preparar un dossier de cara a Estados Unidos presentándola ya como sex symbol. (Se negociaba en la época un musical de la actriz en Broadway). Así que un día nos fuimos a una finca que Goyanes tenía cerca de Ocaña y después de comer comenzamos la sesión. Tanto yo como ella estábamos muy nerviosos. A mí casi me temblaban las piernas cuando la miraba por el visor de la Hasselblad. Apenas habla hecho desnudos en mi vida. Fue Goyanes hijo el que le sacó hierro al asunto y nos dio confianza a los dos. Hice unos veinte rollos entre negativos y copias para papel, que era lo que necesitaban Mos. Por cierto, que cuando envié los negativos a Kodacolor me los dévolvieron con mucho retraso y con una carta del director diciendo que era la última vez que me revelaban fotos "pornográficas", citó textualmente, y que en adelante tendrían que dar cuenta a la DGS. ¡Qué tiempos! Los negativos se los quedaron ellos, los Goyanes, pero yo me guardé unjuego de copias en papel, para mi album personal. Nunca pensé en publicarlas...»Pero las publicó Interviu, el 2 de septiembre de 1976, y la aparición de este reportaje puede citarse hoy entre los responsables de que la revista aumentase su tirada. Comose ha dicho, algo confuso rodea el momento en que las fotos cayeron en manos de la revista, pero hoy han adquirido otra significación: suponen que la belleza y la dignidad de lo bien hecho alcanza a la integridad del cuerpo humano, y su publicación y su comtemplación no sólo quedan legalizadas, sino que acaban de sentar jurisprudencia.
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