Un representante de la pequeña y mediana empresa, nuevo presidente de la Confindustria italiana
Vittorio Merloni es el nuevo presidente de la Confindustria. Tiene 47 años. Está casado y es padre de cuatro hijos. Es el primer presidente de la Confindustria italiana, del que nadie conoce ni su nombre. Ha sido nombrado con 87 votos a favor, de noventa votantes. Sucede a nombres gloriosos, como Agnelli y Guido Carli, después de una batalla de más de seis meses.Los «grandes» no lograban ponerse de acuerdo para encontrar un hombre capaz de estar al frente de la industria privada del país. Y el resultado ha sido que la base, representada por los responsables de la pequeña y media empresa, se ha sacado de la manga a Merloni, tan desconocido que los periodistas tuvieron que fotografiarlo en seguida porque su imagen no figuraba aún en ningún archivo. Para quitar un poco de fuego, apenas elegido, dijo, bromeando: «Si tuviera que escoger un nombre de Papa me llamaría Giovanni Guido I», aludiendo a su sucesor, el famoso Guido Carli, y también a la sencillez de Juan Pablo I, aunque añadió: «Cierto que no me gustaría ser presidente sólo por un mes.»
Los más contentos son, lógicamente, los pequeños industriales, porque consideran este nombramiento como una victoria personal: «Queríamos», han declarado, «un hombre nuevo, un empresario puro, que no estuviera comprometido con los partidos y que fuera joven.» Y también que hubiera dado ejemplo de eficiencia empresarial. Y de hecho, Merloni, prácticamente de la nada, ha creado la marca Ariston de electrodomésticos. En su grupo trabajan sólo 5.000 personas, pero divididas en trece establecimientos: «Aquí se trabaja a dimensión humana», afirman los obreros. De Merloni dicen que ha sido siempre un hombre «inteligente y de buen carácter». Y sobre todo, su empresa ha sido siempre activa y es de las que más han exportado. Como respondiendo a las críticas de «acentrador» que se habían hecho a su antecesor, Guido Carli, ha afirmado que desea trabajar «colegiadamente», pero ha afirmado también que, aunque desea dar gran empuje a la pequeña y media industria, se empeñará también a favor de la gran empresa, ya que «un sistema industrial moderno necesita de la fuerza de las grandes empresas».
Un pequeño empresario declaró ayer: «Estoy contento de que haya sido nombrado Merloni, porque ahora es cuando iré a hablar con él de los problemas con mis doscientos trabajadores, y estoy seguro que me comprenderá muy bien por experiencia personal.» Vittorio Merloni no ha tenido nunca ninguna tarjeta de partido, aunque su familia es de origen democristiano: su padre era senador, y lo es hoy uno de sus hermanos. El es más bien un «pragmático», un enamorado del mito de la eficiencia. Es doctor en Economía y Trabajo.
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