Perspectivas musicales
Los deseados conciertos que iba a dirigir el maestro Celibidache en las dos últimas semanas de marzo, han desaparecido de las previsiones de la Orquesta Nacional de España, siendo sustituídos, sin que se haya ofrecido la más mínima explicación a quienes frecuentamos el Teatro Real de Madrid. Sin duda, se ha visto frustrado el momento álgido de una temporada que, bajo los auspicios de la anterior Dirección General del ramo, parecía inscribirse en un positivo desenvolvimiento de la música en este país.No queremos ser agoreros, pero cuesta mucho sustraerse al temor de que el relevo en el Ministerio de Cultura, con la inmediata secuela de la dimisión del duque de Alba -por lo demás, y al parecer, muy oportuna, toda vez que una de las primeras decisiones del nuevo ministro fue amortizar el cargo que ostentaba-, vaya a traernos nuevas vacas flacas para la música.
La sintomatología -desaparición de la Dirección General, ahora compartida con la de Teatro, y cancelación de la visita del querido maestro Celibidache- parece demasiado significativa.
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