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Siete muertos y veintinueve desaparecidos en el hundimiento de un petrolero español

Siete muertos y veintinueve desaparecidos es el balance del espectacular hundimiento del petrolero de bandera española María Alejandra frente a las costas de Mauritania, concretamente a cien millas marinas de Nuadhibu. Tan sólo cuarenta segundos, hecho insólito en la historia de los siniestros marítimos, fueron suficientes para que el supertanque desapareciera bajo las aguas tras una serie de explosiones cuyo origen aún se desconoce. Sólo siete personas, de un total de 43, lograron sobrevivir a la tragedia, y hasta el momento de transmitirse esta información, en la tarde de ayer, no había aparecido ningún superviviente más.

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El siniestro acaeció poco después de las dos de la tarde del martes, cuando el María Alejandra navegaba frente a las costas de Africa. Por causas que hasta el momento no han podido determinarse, se produjo una fuerte explosión en el supertanque y se hundió posteriormente de forma instantánea, apenas cuarenta segundos. Se da la circunstancia de que el buque pasó por el puerto de Las Palmas el pasado lunes y mediante el servicio de helicópteros -no llegó a recalar-en las instalaciones portuarias- recogió a trece tripulantes canarios, la mayoría de ellos de Tenerife, que acababan de finalizar un período de permiso en tierra y se reintegraban al trabajo.La primera noticia que se tuvo aquí de la explosión del petrolero español la recibió a las veintitrés horas y veintitrés minutos del martes la estación radiocostera de Las Palmas. Inmediatamentése puso en marcha un amplio dispositivo de salvamento y socorro con el propósito de localizar a los posibles supervivientes. En esta operación participaron el carguero liberiano Sequioa, el carguero inglés Trentwood, el buque-factoría senegalés L'Interpêche, en unión este de cinco pesqueros y un helicóptero; el petrolero noruego Thorshavet y el buque de prospecciones petrolíferas Discover Seven Seas, que también cuenta con la ayuda de su helicóptero.

Los cinco primeros supervivientes fueron localizados en la madrugada de ayer por medio de una bengala y a bordo de una balsa de, salvamento por el buque noruego Thorshavet, que posteriormente recogió a otro superviviente más. El séptimo fue localizado por uno de los pesqueros que acompañaban al buque-factoría senegalés.

Dada la lejanía del lugar del siniestro desde Canarias no ha participadó en la operación ningún buque de la Armada española, aunque la comandancia general de la zona marítima ha seguido de cerca la operación de socorro que efectúan los barcos citados anteríormente. Las autoridades de Marina de Las Palmas tuvieron conocimiento del siniestro a las cero horas y cincuenta y cinco minutos de la madrugada de ayer, y ayer estudiaban la posibilidad de enviar unidades de la Armada al encuentro del Sequoia, donde se encuentran los supervivientes, con el propósito de traerlos con más rapidez hasta Las Palmas.

Reacciones en los medios portuarios

Uno de los prácticos del puerto de La Luz manifestó que la zona donde estalló y se hundió el María Alejandra está considerada como «muy pelígrosa» por los marinos canarios. Allí se han registrado varios e importantes siniestros, como fue hace muy poco tiempo el controvertido hundimiento del también supertanque Salem.

La tragedia del María Alejandra pudo haberse producido a causa de cualquier chispazo eléctrico que entrara en contacto con el gas de los tanques del buque. Como se sabe, el petrolero navegaba en lastre y es posible que la desgasificación de sus tanques no se hubiera culminado del todo. Las altas temperaturas de aquella zona y, por tanto, la facilidad de acumulación de electricidad estática a bordo, quizá influyeron en la explosión que acabó en tragedia.

Por otro lado, el tinerfeño José Fuentes, que estuvo en el María Alejandra como contramaestre hace ya cierto tiempo, no se podía explicar lo ocurrido al supertanque. Manifestó que pudo ser una explosión en las calderas o bien podían estar limpiando algún tanque cuando se produjo la explosión. El señor Fuentes Cabrera declaró que el petrolero dispone de veintidós tanques para el transporte del crudo y que, cuando va en lastre, como en esta ocasión, suelen llenarse de agua los cuatro tanques del centro del barco.

Hasta el momento, los barcos que se ocupan del rastreo han localizado tan sólo seis cadáveres de los 36 desaparecidos, que, por el momento no han sido identificados. De momento continúa la búsqueda de los desaparecidos, aunque no se tienen esperanzas de encontrar algún otro con vida, ya que en el momento de la explosión era la hora del almuerzo y la mayoría de ellos no se encontraban en cubierta.

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