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Tribuna
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Actividad bajo mínimos

La semana que hoy termina desde luego no pasará a los anales de la historia bursátil.Habría que remontarse a épocas remotas para encontrar una tanda tan monótona y falta de alicientes como la que hoy concluye. Porque el tedio en esta ocasión alcanzó. hasta el único sector del mercado que parecía contar con alguna pujanza, y que evidentemente era el nuevo «mercadillo» de letras de cambio. Como decíamos, también a él le llegaron las rebajas, aunque con un mes y medio de retraso, y su actividad descendió casi en picado. En esta ocasión no valieron las excusas de que la ausencia de Banesto en las subastas le priva de su mayor aliciente, porque el martes y el jueves pasado, el primer banco del país, concurrió al mercado a ofertar sus veinticinco letras de rigor. Y mientras el martes, siguiendo su costumbre, las colocaba un cuarto de punto más baratas que sus directos competidores, el jueves tuvo muchas más dificultades (sólo pudo vender trece) al aplicar el mismo tipo de descuento que los representantes de la banca extranjera, esto es, al 13%, y están los efectos emitidos a catorce meses, ya que, si bien es cierto que esta circunstancia supone una inmovilización de la inversión, superior en dos meses a lo que viene siendo habitual, no es menos cierto que ofrece una rentabilidad más atractiva, al ser el descuento practicado día a día, y, por tanto, ser menor efectivo a pagar por la letra. En definitiva, que el negoci o también sufrió una drástica reducción, y se quedó en cincuenta millones de pesetas, el jueves, frente a los cien cumplidos que solían hacerse.

En el mercado de valores propiamente dicho apenas hubo novedades. Los bancos terminaron la tanda en posiciones similares a los del fin de semana anterior, siendo el Santander, por su particular manera de entender el mercado y subir con papel, y el Popular, que se apoya en la ausencia casi absoluta de órdenes vendedoras, para separarse lo más aprisa posible del maléfico 200%, las únicas excepciones de alguna relevancia.

Las eléctricas mantuvieron ese tono gris que les viene caracterizando en los últimos tiempos, con muy pocas operaciones en sus corros y unas diferencias en los cambios que habitualmente eran expresadas en breves cuartillos.

Y de aquí en adelante hemos de referirnos a comportamientos singulares y más o menos anecdóticos.

Entre la atonía del grupo de constructoras destacaron los cortos movimientos de Dragados, que cuenta con un importante apoyo institucional a la par, pero que no es capaz de remontar sus vuelos mucho más allá del 102%, y las zozobras de Urbis, en precios mínimos, que no parece vaya a abandonar, en tanto sus socios principales, entre los que se cuentan algunas cajas de ahorro, no se decidan a arbitrar soluciones definitivas para mejorar su comprometida situación financiera.

En monopolios, sector controlado donde los haya, sólo se puede señalar la pérdida de un entero en Teléfonica, a la que se permitió un cierto relajo, a la vista de que la favorable singladura bancaria no hacía necesaria su contribución al índice general.

Y para terminar, entre las químicas apenas un breve apunte sobre esa oportunísima mano que se le ha echado a petróleos, a poco más de seis puntos sobre la par.

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