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Referéndum andaluz

Los resultados se interpretan en Andalucía como una derrota del partido del Gobierno

Los andaluces, que en la madrugada del viernes se fueron a la cama con la impresión de que el referéndum de ratificación de la iniciativa autonómica había sido un rotundo fracaso, de acuerdo con la información facilitada por la televisión y la radio oficiales, se despertaron ayer con la sorpresa de que el fracaso lo habían cosechado el Gobierno y UCD, cuyo pronóstico sobre el resultado, seis-dos a su favor, fue lo contrario.

Los centristas sostenían que el referéndum de iniciativa prosperaría solamente en dos provincias, Sevilla y Córdoba, porque, según el diputado por Toledo, Gregorio Peláez, los datos que obraban en poder de la secretaría general de UCD la noche anterior a la celebración de la consulta, en las demás provincias era «matemáticamente imposible» la victoria del .Son muchos los que todavía no se resignan a creer que ha quedado cerrada la puerta a la iniciativa autonómicaporta vía del 151, y entre ellos figuran algunos optimistas de los partidos que abogaron por el sí. Si bien es verdad que tanto el PSOE como el PCA estuvieron trabajando intensamente durante el día de ayer para presentar recursos ante las juntas electorales de Jaén y Almería, las direcciones de los partidos han comenzado a trabajar ya sobre la hipótesis de que el referéndum es insalvable.

El ambiente que reina en la calle es una mezcla de frustración después del esfuerzo participativo del jueves y de convencimiento de que, por encima de la derrota formal, Andalucía consiguió ayer una importante victoria política, que las planas mayores de los partidos están intentando digerir para plantear la estrategia futura.

El PSA convocó la misma noche del referéndum a la dirección del partido, cuya reunión fue interrumpida hacia las dos de la madrugada para que Alejandro Rojas Marcos se trasladara al centro de recepción de datos montado por la Junta de Andalucía, en donde, en breve conferencia de prensa, dio un adelanto de lo que va a ser la postura de su partido: rechazo total de la vía del 143, que considera discriminatoria; reforma de la legalidad, que ha impedido que prosperara la iniciativa autonómica, y enfrentamiento abierto con el PSOE, partido al que corresponsabiliza, juntamente con UCD, de haber pactado lo que calificó de «encerrona al pueblo andaluz».

Cuando una hora después se acercó al centro de prensa Rafael Escuredo para proponer, como presidente de la Junta de Andalucía, una administración unitaria de lo que calificó de «rotundo éxito político», se encontró con que el hacha de guerra había sido ya desenterrada. Su invitación a todos los partidos para sentarse a la mesa de negociación y ponerse a dialogar en torno al proyecto de Estatuto de Carmona como documento mínimo de trabajo no va a ser oída, al menos a corto plazo, por el PSA, que desde mucho antes de iniciarse la campaba de propaganda venía preparándose el terreno para rentabitizar el fracaso de la iniciativa.

La duda más importante de la madrugada del recuento de votos era saber si Rafael Escuredo hablaba a título personal o también respaldado por su partido. La duda en este caso no ofende, porque es sobradamente conocida la diferencia de criterio que sobre el proceso autonómico andaluz venían manteniendo desde tiempo atrás el presidente de la junta y la dirección del PSOE, tanto regional como federal. En el mes de diciembre pasado, Rafael Escuredo fue barrido en el congreso del PSOE andaluz, precisamente por sus planteamientos sobre la autonomía.

Sin embargo, en virtud de los resultados del referéndum Rafael Escuredo ha pasado de ser un proyecto de cadáver político a convertirse en el eje de la política autonómica del PSOE. Una entrevista con Felipe González, con el que coincidió en Granada el pasado domingo, y una reunion de trabajo en la noche del jueves con Alfonso Guerra y José Rodríguez de la Borbolla sirvieron de base a la estrategia que ayer aprobó la ejecutiva regional.

Por fin, después de muchos meses de discrepancia, se produjo el reencuentro del presidente de la Junta de Andalucía con los responsables de su partido. Los acuerdos de esa noche son, en síntesis, los siguientes; defensa de una política unitaria como la que hizo posible llegar a la celebración del referéndum de iniciativa; situar al PSOE «en la vanguardia responsable de las frustraciones del pueblo andaluz» para evitar que otros las capitalizen demagógicamente; la defensa a ultranza del Estatuto de Carmona, tanto en sus contenidos de competencias como en lo que respecto al marco institucional, y el compromiso de que la política socialista sobre Andalucía no venga en lo sucesivo impuesta desde Madrid.

Acercamiento a UCD

Rafael Escuredo, al hablar de política unitaria, lo hizo pensando no solamente en el PCE-PCA, que está por ella, y PSA, que la rechaza de plano, sino también UCD. Al tener noticias de que Fernando Abril viaja hoy a Sevilla para reunirse con el comité regional de UCD, Rafael Escuredo manifestó que «si fuera un político inteligente, vendría a visitar al presidente de la Junta de Andalucía». En su opinión, si UCD sigue pensando que lo que se ha jugado en el referéndum es una cuestión de procedimiento, no tiene por qué haber problemas respecto a las competencias.Sin embargo, parece impensable que UCD vaya a aceptar los planteamientos de socialistas y comunistas, porque, por encima de la cuestión de procedimiento, lo que pretendía el partido del Gobierno al reconvertir el proceso autonómico andaluz era tener el control del mismo. Esta solamente es posible a través de la vía del 143, porque, en definitiva, el Estatuto ha de solventarse en el Parlamento mediante ley orgánica, en donde UCD, con la colaboración de Alianza Popular, tiene la mayoría de que no dispone en la asamblea andaluza, a la que según el procedimiento establecido en el articulo 151, correspondería la elaboración del Estatuto.

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