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Los médicos prolongan artificialmente la vida de Tito

Francisco G. Basterra

Los médicos continúan prolongando la vida de Tito, pero ya no pueden mejorar sus constantes vitales. La enfermedad del presidente yugoslavo ha llegado a un punto en que el impensable la recuperación. El temido anuncio de la muerte no se produjo ayer y, por el contrario, se anunció que el mariscal, de 87 años, había pasado una noche «tranquila». Esta afirmación puede parecer optimista cuando los doctores confirman que persiste la arritmia y la hemorragia interna.«Sólo aguanta gracias a su gran vigor físico, pero parece que los médicos ya no pueden hacer nada. Estamos resignados a perderle.» Con esta frase resumía ayer la situación una funcionaria yugoslava.

Las autoridades se niegan sistemáticamente a interpretar los partes o añadir información, y reiteran que no hay interferencias políticas en la información sobre la enfermedad. Los ocho mejores médicos de Yugoslavia en sus distintas especialidades se reúnen en el hospital de Liubliana a primera hora de la mañana y realizan sus correspondientes informes. Una vez evaluada la situación clínica, discuten la forma de expresarla y firman el parte diario, al que llegan por consenso.

La agencia oficial Tanjug lo transmite cada mediodía y doscientos periodistas se lanzan sobre dos líneas de teletipo. Así desde hace cuarenta días. Las radios no interrumpen sus programas para dar el último comunicado y la prensa lo reproduce diariamente sin alarde tipográfico, aunque siempre en primera página y sin comentario alguno.

Para un observador no existe una avidez especial entre los yugoslavos por las noticias sobre Tito. La prensa no ha aumentado sensiblemente su tirada, y en taxis, oficinas y restaurantes no se comenta el proceso de su enfermedad con los extranjeros. Sólo se habla de su obra política. Todos los comentarios favorables producidos en el exterior sobre el sistema yugoslavo son sistemáticamente reproducidos por los medios de información nacionales. «En general, la prensa mundial se está portando bien, con algunas excepciones» ha afirmado la agencia oficial. Estas excepciones reciben severos rapapolvos públicos.

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