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Todo preparado para anunciar la muerte de Tito

Francisco G. Basterra

Continúa la penosa agonía de Tito, reflejada en los partes médicos, cada vez más graves, que sólo terminará con el próximo anuncio de la muerte del presidente vitalicio de Yugoslavia. Una hemorragia interna, fuentes oficiosas hablan en Belgrado de un encharcamiento pulmonar, se ha añadido a los fallos renales y cardíacos del enfermo.

El último comunicado del consejo de doctores que cuidan al mariscal en el hospital cardiovascular de Liubliana, uno de los mejores del Este de Europa, anunció ayer al mediodía que el estado general de Tito continúa siendo grave. «La tendencia a la hemorragia es bastante más pronunciada». La neumonía y un corazón débil, con una capacidad de bombeo disminuida, han podido provocar esta, nueva complicación. El parte explica también que continúan las alteraciones frecuentes del ritmo cardíaco.La hemorragia -cuya presencia se temía, tarde o temprano, localizada en los pulmones o en el sistema digestivo (no lo señala el boletín médico)- no podrá ser contenida, sino con los temidos anticoagulantes, que se suponen descartados desde un principio teniendo en cuenta la tromboflebitis como síndrome inicial de la enfermedad de Tito.

Los observadores piensan que el proceso se encuentra en sus últimos momentos. Se aguarda un parte en que se informe de estado «crítico» y otro con el anuncio del fallecimiento. A las seis de la tarde se advirtió a los periodistas la posibilidad de que se diera en las próximas horas una noticia importante. A la misma hora se estaba celebrando una reunión del Presidium de la Liga de los Comunistas (PC yugoslavo).

La radio y la televisión yugoslavas, que darán la noticia al país, tienen ya preparados los programas especiales. Lo mismo ocurre con los periódicos, que ya están publicando artículos y reportajes sobre el largo «reinado» de Tito.

Las embajadas extranjeras han sido discretamente avisadas de que, inmediatamente después de anunciarse la muerte, recibirán los programas detallados de los actos oficiales, así como invitaciones dirigidas «al más alto nivel», para que los principales dirigentes mundiales acudan a los funerales. Estos comenzarían 48 horas después del óbito. Las autoridades yugoslavas han manifestado su interés porque España esté representada en estos actos por el rey Juan Carlos. Sin embargo, fuentes diplomáticas en Belgrado daban como más probable la sola presencia del jefe del Gobierno, Adolfo Suárez.

A nivel de la Administración, la vida continúa con normalidad. Anoche llegó a Belgrado el presidente de la Comisión Europea, Roy Jenkins, para tratar del acuerdo de cooperación económica entre Yugoslavia y la CEE, rubricado el lunes, en Bruselas.

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El ministro de Asuntos Exteriores, Josip Vrhovec, regresó de su visita a Bangladesh y la India. Nueva Delhi y Belgrado -también Argel- coincidieron en la necesidad de defender el estatuto de Afganistán como país no alineado, oponiéndose a los planes occidentales para neutralizar esta nación asiática. Yugoslavia está buscando apoyo para convocar una conferencia ministerial del movimiento no alineado, que discutiría la situación internacional.

El presidente Carter ha dirigido un mensaje a Tito, en el que, al parecer, se contienen explicaciones sobre la posición de Estados Unidos en relación con la crisis y la necesidad de garantizar la neutralidad de Afganistán. Se ignora si este mensaje menciona el futuro de Yugoslavia. El presidente norteamericano se comprometió públicamente hace dos semanas a hacer respetar la «independencia» de este país.

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