Cerrar el Metro a las doce de la noche supondría un ahorro superior a los cien millones

El servicio de Metro podría ahorrar más de cien millones de pesetas al año, en el supuesto de que dejase de funcionar a las doce de la noche, según informaron ayer fuentes de la compañía en el curso de una rueda de prensa. Este ahorro será seguramente uno de los principales argumentos a considerar cuando el próximo mes de mayo o junio, el consejo de intervención de la empresa presente una serie de conclusiones y propuestas al Ayuntamiento y al Gobierno Civil para racionalizar este transporte. Con respecto a las tarifas, el presidente del consejo anunció ayer que habrá una propuesta de aumento a la Junta provincial de Precios antes de que termine el trimestre, con lo que de aprobarse, el billete sencillo, pasaría a costar quince pesetas.Sobre el tema del adelanto en la hora de cierre, Juan Torres, presidente del consejo de intervención anuncio que, por ahora, la compañía sólo se encuentra en la fase de obtención de resultados técnicos, que no conllevan la toma de ninguna medida concreta. Dentro de esta fase se terminarán de procesar los datos obtenidos tras las 535.000 encuestas realizadas en diciembre, para saber cuál es la demanda real por línea y su correspondencia con la oferta ofrecida; asimismo, se harán estudios de uso del Metro en los fines de semana, así como otro sobre los viajeros que salen en cada estación durante las horas nocturnas. Con los datos así obtenidos y con los conseguidos en la encuesta (véase EL PAIS del pasado martes), los actuales responsables de la compañía estarán capacitados para realizar unas propuestas concretas.

Entre las preguntas que se plantean los responsables del Metro figuran, entre otras, las referidas a si tiene sentido mantener un transporte para que lo usen en un día laborable, desde las doce de la noche a la una y media de la madrugada, 6.086 personas; si es posible cerrar alguna estación, si es lógica una oferta de servicio a las seis de la mañana de los domingos o es necesario ampliar o reducir la oferta a una hora determinada. Todas estas cuestiones serán respondidas por los estudios en realización, y las propuestas que entonces se hagan, según informó el señor Torres, «buscarán la máxima economía en el servicio».

Tras aclarar que cualquiera de las medidas que tome la Administración no afectará a los puestos de trabajo, el señor Torres dijo que, a lo mejor, lo que se decidía era ampliar el servicio más horas. «En ese caso es necesario que todos sepan lo que cuesta cada viajero. A partir de las once de la noche, el coste medio de cada persona que toma el Metro es de 95 pesetas, a partir de las doce es de 112 y desde la una de la madrugada al cierre es de 345 pesetas. No hay más que comparar estas cantidades con el coste medio de un viajero a lo largo del día, que es de 23,50 pesetas.»

Según estudios técnicos de la compañía, el coste de un viajero, a partir de la una de la mañana, supone multiplicar por ocho el coste energético producido por el mismo viajero en un vehículo privado.

Aparte del ahorro energético y de los gastos variables que desaparecerían, la gran ventaja que ven los responsables de la compañía, en caso de que se decidiera un adelanto del cierre, está centrada en la mejora que se obtendría en los trabajos nocturnos de reparación y supervisión de la red. «Actualmente, con el horario existente, sólo hay dos horas hábiles para trabajar; la eficacia que se obtendría sería incrementada sensiblemente.»

Con respecto a la necesaria coordinación con otros transportes, como la EMT, de ser admitida alguna de las medidas, el presidente del consejo de intervención manifestó que de esa forma también la EMT disminuiría su déficit al obtener nuevos viajeros, ya que la oferta, como ocurre en el Metro, supera ampliamente a la demanda durante la noche.

«El consejo de intervención propondrá un aumento de tarifas antes de que termine el trimestre. El precio del billete sencillo estará alrededor de las quince pesetas y con los nuevos precios habrá una reestructuración tarifaria», manifestó el señor Torres.