Sir Harold Wilson,
que fue en dos ocasiones distintas ministro laborista de su majestad británica y que dimitió en 1976 al cumplir los sesenta años, ha vuelto a contar su vida. Muy aficionado a las memorias, el ex primer ministro, conocido por tomar cerveza en público y güisqui en privado, ha revelado aspectos inéditos de su relación con la reina Isabel II. Es difícil encontrar otro fan más apasionado de la soberana inglesa. El señor Wilson considera que la reina es una mujer con un gran sentido del humor y un amplio conocimiento de la política, tanto británica como internacional. Según el ex premier, la reina domina también muy bien la vida doméstica, que es una de las más preciadas dedicaciones de cualquier inglés. Y Wilson cuenta que cuando iba a visitar a la jefa del Estado a su castillo veraniego de Balmoral, en Escocia, Isabel II le invitaba a acompañarle a ver a su madre, y a continuación se metía en un automóvil todo terreno que ella misma conducía. Acto seguido, iniciaban el viaje como si se fueran de pic nic, porque durante ese paseo, si se producía a la hora de merienda, ella preparaba unos sandwiches.
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