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Anne Marie Moser-Proell gano su primera medalla de oro olímpica

Los triunfos de Anne Marie Moser Proell en el descenso femenino y de Andreas Wenzel en la primera manga del slalom gigante masculino fueron las notas más destacadas de la jornada del domingo y lunes en los Juegos Olímpicos de Invierno, que se disputan en Lake Placid. La austriaca consiguió así su primera medalla de oroolímpica, que suma a un historial lleno de victorias, y el esquiador de Lietchenstein ha puesto caro el título al gran favorito, imbatido en la prueba desde el año pasado, el sueco Ingemmar Stenmark. El español Jorge Pérez logró un meritorio decimonoveno lugar, con lo que compensó la ausencia de Juan Manuel Fernández Ochoa.

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Una carrera única

Anne Marie Proell, salida en sexto lugar, realizó un tiempo de 1-37-52 para recorrer los 2.698 metros de recorrido, es decir, a una media de casi cien kilómetros por hora. Su gran rival esta temporada en los descensos de la Copa del Mundo, la suiza Maria Teresa Nadig, con eldorsal número nueve, perdió el título en los primeros trescientos metros, los más técnicos, aunque más fáciles que la prueba masculina, y ya en la total parcial de tiempos hizo 1-06-96, por 1-05-61 de la Proell. Pese a sus triunfos de la Copa del Mundo en Val d'lsere, Zell am See, Badgastein, Arosa y Profonten, la ganadora de Sapporo-72 cumplió esta vez el papel de su rival austríaca, que había fracasado hasta ahora en casi todas las citas importantes y, desde luego, en las olímpicas. Sus 1-38-36 iban incluso a ser superados por Hanni Wenzel, la actual líder de la Copa del Mundo y una magnífica polivalente, con 1-38-22.

Ayer, sobre 1.301 metros y un desnivel de 395, las White Face Mountains fueron escenario de la primera manga del gigante masculino y la racha del pequeño Lietchenstein iba a continuar. Andreas Werizel, hermano de Hanni, logró el mejor tiempo con 1-20-17. Stenmark, el gran favorito, realizó el mejor parcial, con 50-97, pero se relajó al final y, como suele ser habitual en él, es muy posible que «arrase» hoy en la segunda manga. Hizo 1-20-48, superado también por el austriaco Hans Enn, que evidenció una potencia a veces a punto de descontrolarse, pero que pudo acabar en 1-20-3 1.

Entre los españoles, tras la decepción de que Juan Manuel Fernández Ochoa, la mejor baza, no pudo correr por una inoportuna amigdalitis, Jorge Pérez, con 1-22-06, sorprendió a todos y hasta superó al italiano Piero Gros, un glorioso veterano, vigésimo, con 1-22-15. PaquIto Fernández Ochoa se mostró aún más discreto que el día del descenso y sólo fue vigésimo noveno, con 1-23-11, superado incluso por Jorge García Oliver, vigesimo octavo, con 1-23-03.

En otras pruebas del domingo, el recuperado tras su lesión, Anton Innatier, dio otra medalla de oro a Austria en el trampolín de setenta metros; la URSS logró tres, gracias a los sempiternos Irina Rodnina y Alexander Zaitsev, en patinaje artístico parejas, y la sorprendente Vera Zozulia, en el trineo mono plaza -ante la favorita, Melita Sollmann, de la RDA-, y la nueva estrella del patinaje de velocidad, Natalia Petrusheva, ganadora de los 1.000 metros. La RDA, por me dio de Berrihard Glass ganó, eso sí, en luge monoplaza masculino, y en los quince kilómetros de fondo -ayer, en los diez femeninos, venció «otra RDA», Barbara Petzold sucedió lo insólito, de que el sueco Wassberg se impuso a dos de los favoritos.

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