La raíces económicas de la crisis salvadoreña
La abrumadora concentración de la tierra en manos de un puñado de familias, la pobreza generalizada en el campo y la desocupación crónica en los centros urbanos aparecen como las principales raíces de la crisis política que enfrenta El Salvador en los últimos años.En la mitad de las provincias del país, aquella concentración llega al extremo de que cinco familias acumulan en su poder más del 82% de las tierras cultivables.
En 1974, las propiedades de cien hectáreas y más cubrían una extensión de casi 700.000 hectáreas, la casi totalidad de las zonas aptas para cultivos intensivos. Las personas que explotan empresas agrícolas multifamiliares grandes perciben un ingreso promedio que es 173 veces mayor que el ingreso del campesino que trabaja esas tierras.
La concentración de la tierra proviene de una política agraria destinada a dar prioridad casi absoluta a los productos de exportación, con el objeto de generar divisas, sobre todo cuando los precios de esos productos están en alza.
Así, las exportaciones de café, algodón y azúcar destinados a Estados Unidos, Alemania Federal y Japón, constituyen el 63% del total de las exportaciones del país.
Con el escaso territorio y ese volumen de exportaciones, los ricos salvadoreños acumulan cada vez más tierras para destinarlas a esos cultivos, mientras el país tiene que importar maíz y fréjol, dos productos fundamentales en la alimentación popular, para venderlos a precios más altos.
El sector industrial
El sector industrial, que aumentó a partir de la incidencia del Mercado Común Centroamericano, está dirigido, en su gran mayoría, a la región. El Salvador exporta al área el 62% de sus manufacturas, especialmente a Guatemala y Costa Rica, pero de esos países importa alimentos que podría producir localmente.La industria no ha tenido mucha influencia en la reducción del desempleo, por cuanto al traer tecnologías avanzadas para la región, pero anticuadas para los países industrializados, precisa de pocos trabajadores.
Para dar una idea de la situación económica, puede citarse el hecho de que una de las reivindicaciones sostenidas por los trabajadores del campo en las algodoneras y cosechas de café es el aumento de comida a razón «de una cucharada de fréjoles más por tiempo de comida y un huevo diario».
Esas demandas nunca han sido satisfechas. incluso un aumento salarial para los trabajadores agrícolas anunciado por la Junta en diciembre pasado fue cuestionado por los hacendados, quienes dijeron que preferían perder la cosecha antes que conceder ese incremento.
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