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Santiago Carrillo advierte sobre la gravedad del terrorismo de derecha

Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España (PCE), advirtió ayer la gravedad que está adquiriendo el terrorismo de derecha, ya que «está tomando formas como en Argentina, Uruguay, Chile o Guatemala, y parece que asistimos al resurgir de ciertos servicios parapoliciales como los que actuaron en etapas pasadas».

La advertencia de Carrillo, realizada en la conferencia de prensa en la que, junto a otros dirigentes comunistas, presentó las conclusiones del pasado pleno del Comité Central del PCE, partió de la consideración de que al tiempo que se derechiza el panorama político, «se está creando un ambiente muy cargado en el país», con la conjunción de los terrorismos de ultraderecha y de ultraizquierda.Mientras para combatir a los terroristas de izquierda, planteó la necesidad de mejores servicios de información del Estado y mayor participación de las fuerzas políticas en la tarea; el terrorismo de derecha no desaparecería con la ilegalización de grupos o con pedir la dimisión de algún ministro, «sino desarticulando esas bandas terroristas, más fáciles de encontrar que ETA porque tienen su santuario aquí», en opinión de Carrillo.

Asimismo observó que se asiste a una merma de las libertades democráticas, y especialmente la de prensa, atacada y reducida por diversos medios: desde el control cada vez mayor del Gobierno sobre una gran parte de la prensa, con métodos más eficaces que en la dictadura, aunque distintos, hasta la desaparición de periódicos, el procesamiento de periodistas o de que una revista deje de venderse.

Frente a estos ataques, el líder comunista dijo que se deben tomar medidas de apoyo a la prensa independiente, y aludió a que la justicia debe hacerse cargo de una vez de las denuncias contra la televisión, ya que del informe de Hacienda (recientemente publicado por EL PAIS) «se desprenden responsabilidades serias para los que la administran y dirigen».

Dijo también Carrillo que se ha producido una fractura entre las fuerzas políticas que administraron el cambio, de la cual es responsable la orientación derechista de UCD. «Intereses partidistas a un lado», afirmó, «esa fractura es peligrosa para nuestra democracia, aún frágil, y es necesario, en consecuencia, un esfuerzo encaminado a establecer un clima que posibilite el dialoge y cierre el paso al terrorismo. »

Desde el punto de vista comunista, esta situación requiere, ante todo, un acercamiento entre el PCE y el PSOE, que se concretaría en los campos municipal, autonómico, de la enseñanza y, muy particularmente, sindical, donde no se trata de enterrar la polémica entre CCOO y UGT, «porque las diferencias existen, pero sí hay que hacer que se desarrollen sin agresividad». En cuanto a los recientes acontecimientos militares, insistió en que no cree que haya habido complot, sino todo lo más comentarios, «que son más graves cuando los hacen personas uniformadas».

En otro orden de cosas, admitió Carrillo que grupos con apoyo de origen soviético tratan de fomentar diferencias en el PCE y de cambiar su orientación, si bien el problema no es muy grave. Comentó el líder comunista que el PCE aún está en proceso de construcción, a partir de una organización quizá demasiado compartimentada en su interior, como consecuencia de la clandestinidad, lo que da pie a que haya personas «que piensan que CCOO, por ser el sindicato obrero, es más representativo de la vanguardia que el PCE, mientras otros mantienen una postura elitista, despegada del devenir práctico del movimiento de masas». No obstante, afirmó Carrillo que el eurocomunismo «es hoy más necesario y útil que nunca, en cuanto tendencia partidaria de resolver los problemas negociadamente, y tiene delante un gran porvenir».

También resaltó el líder comunista que el PCE ha aprobado un plan para contribuir a la «metodización» de las autonomías -«la palabra racionalizar está muy desacreditada »-, que valora la vía del artículo 143, aunque consideran imprescindible que algunos procesos sigan la vía del artículo 151, y que todas las comunidades tengan pronto instituciones verdaderamente representativas.

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