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Rafael Escuredo entra, con 38 grados de fiebre, en su tercer a de huelga de hambre

Al Filo de sus primeras veinticuatro horas de huelga, Escuredo aparecía con buen aspecto -mucho más delgado y encanecido que cuando tomó posesión de la presidencia de la Junta-, optimista y de buen humor. Sus comentarios a corresponsal de EL PAIS, entre llamada telefónica y visita, iban desde el triunfo del Betis sobre el Barcelona, hasta, inevitablemente, el 28 de febrero («ya veremos lo que pasa»), la toma de posición de los obispos andaluces («muy positiva, lo más que se podía esperar en las actuales circunstancias») y la queja porque en TVE salían demasiados anuncios para excita la gula del personal. Su único problema físico era una faringitis que aumentaba por momentos, alimentada por su continuo fumar, que ayer tarde le hacía tener 38 grados de fiebre. Pese a todo, un compromiso: «El miércoles salgo para Almería a hacer campaña.»El presidente Escuredo dio comienzo a su huelga de hambre nada más llegar a Sevilla, tras su viaje a Madrid, donde mantuvo una entrevista con el ministro de Administración Territorial, Antonio Fontán, que él mismo calificó de lamentable y humillante. Como se esperaba, el ministro se limitó a reiterar la postura gubernamental sobre la duración de la campaña del referéndum y el texto de la pregunta que se hará a los ciudadanos, aunque concertó una nueva entrevista, que tuvo lugar ayer, con el consejero del Interior para conocer los fondos que el Gobierno proporcionará a la Junta para su campaña institucional.

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Acompaña al presidente en su huelga el consejero del Interior, Antonio Ojeda, los viceconsejeros de Cultura y Política Territorial, José Luis López y Guillermo Díaz, el director general de la Presidencia, José Luis Hernández, y el coordinador general del ente preautonómico, Joaquín Galán, todos ellos militantes del PSOE, así como el director general de Información, Enrique García. Desde la mañana de ayer, todos ellos trabajan en sus respectivos despachos, pero continúan sin tomar alimentos ni bebidas y se limitan a ingerir agua, excepto el señor Ojeda, que decidió comer antes de su segunda entrevista con Fontán.

A partir de la mañana del domingo fueron continuas las visitas de ciudadanos y representantes políticos y sindicales a la plaza de América, donde se encuentra la sede de la Junta, para testimoniar su solidaridad con el presidente y su repulsa por la actitud del Gobierno, así como las llamadas telefónicas y la recepción de telegramas de apoyo. En un total de sesenta municipios -contabilizados a las seis de la tarde de ayer-, concejales y ayuntamientos del PTA y PSOE habían iniciado huelgas de hambre solidarias con las de Escuredo. Varios miles de personas habían estampado su firma en pliegos colocados a la entrada del edificio de la Junta.

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Entre las visitas recibidas por Rafael Escuredo hay que destacar las realizadas el domingo y el lunes por el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra. Tanto el comité director como la comisión ejecutiva regional de este partido han tenido buen cuidado de afirmar públicamente su apoyo a Escuredo y valoran su actitud como «el símbolo de la indignación de todo ciudadano consciente frente a la postura del Gobierno y ante la impotencia legal de evitar que se sigan produciendo manipulaciones y discriminaciones de esta índole», pero no han impulsado en ningún caso que sus concejales y diputados secunden la iniciativa.

Especialmente emotiva resultó la entrega que las hijas de Blas Infante hicieron en la tarde de ayer de la bandera de su padre al presidente para expresarle su confianza y adhesión en estos momentos. Rafael Escuredo se emocionó vivamente ante las palabras de María de los Angeles y María Luisa Infante, quienes declararon que «la bandera está en buenas manos». Es la primera vez, desde 1936, que la enseña del teórico del anda lucismo pasará más de unas horas fuera de su cas de Corla del Río, ya que estará en la Junta hasta , el día 28. Más tarde. Escuredo recibió la visita de solidaridad del secretario general del Partido de los Socialistas de Cataluña. Joan Reventós, y una llamada del senador Josep Benet. El domingo había acudido al senador gaditano Pedro Valdecantos (UCD), que dimitió de su cargo de consejero de Agricultura de la Junta tras la decisión de su partido de propugnar la abstención en el referéndum andaluz.

El comité director del PSOE andaluz hizo público, por otra parte, un comunicado en el que acusa al Gobierno de haber iniciado una campaña tendente a sembrar la confusión y ocultar las diferencias entre las vías autonómicas previstas en los artículos 143 y 151 de la Constitución: agregan que las competencias y transferencias en temas laborales, de emigración y desempleo sólo son alcanzables de inmediato a través del 151. El secretario general del partido, José Rodríguez de la Borbolla, ha afirmado que los socialistas se encuentran ya en campaña y ha pedido la constitución de comités preautonomía en todos los pueblos de la región.

Un pueblo en huelga

Ha sido, sin embargo, el extraparlamentario PTA el partido que ha mostrado un apoyo más decidido a Escuredo, promoviendo huelgas de hambre de sus concejales y de su propio secretario general, Isidoro Moreno, que la inició en la propia Junta para continuarla desde la noche del domingo en el Ayuntamiento de Lebrija. El alcalde de la pequeña localidad sevillana de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez -que se hizo famoso hace varios meses a raíz de un polémico cambio de los nombres de las ca¡les- ha llegado más lejos, al solicitar a los vecinos que hagan huelga de hambre durante veinticuatro horas.

Finalmente, el ex ministro de Cultura, Manuel Clavero, publicó el pasado domingo en el diario sevillano El Correo de Andalucía un artículo en el que, tras analizar las diferencias entre las vías autonómicas de los artículos 143 y 151 del texto constitucional, se reafirmaba en que la vía del 151 supone una autonomía más profunda y auténtica («por eso la quiero para Andalucía») y advertía que con la otra, dado el vacío institucional en que se mueve, «se nos puede ofrecer una fórmula que encubra una mancomunidad de diputaciones».

Clavero polemizaba de forma directa con sus compañeros de partido que, como el ministro de Hacienda, han expresado su temor de que con el 151 Andalucía quede en manos de un Gobierno de izquierdas.

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