Una estudiante alemana, sancionada por oponerse a Strauss
Ocho años después de la entrada en vigor del llamado «decreto contra los radicales». con efectos de prohibición de ejercicio profesional a quienes profesan ideas políticas consideradas «extremistas» por el estamento oficial, una estudiante de bachillerato, de dieciséis años, ha sido sancionada, en Munich, con suspensión de sus derechos escolares por negarse a prescindir de un botón esmaltado con la inscripción Stop Strauss (Parad a Strauss).Hace algunos días compareció ante los tribunales alemanes un granjero que había decorado la fachada de su casa con un gran óleo, en el que Caperucita preguntaba a un lobo, cuya cabeza era precisamente la del candidato democristiano a la Cancillería, el por qué de sus grandes fauces. La semana pasada, un consorcio bancario excluyó de su nómina a un empleado que, sin previa comunicación a la dirección, había tomado parte en un coloquio celebrado en Alemania Oriental.
Estos y otros casos recientes han movilizado a una parte muy activa de la opinión pública alemana contra el «decreto antirradicales».