CCOO propone a UGT una reunión de acercamiento

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Nicolás Redondo, secretario general de UGT, ha acogido con ciertas reservas la iniciativa de CCOO. La carta refleja, según comentó a EL PAIS, la falta de una alternativa de CCOO en la negociación colectiva y las contradicciones internas del PCE en CCOO. Todo ello «dentro del doble lenguaje que les lleva a hacer llamamientos a la unidad y a las relaciones fraternales públicamente, por una parte, y a insultarnos e injuriarnos en las fábricas. Han intentado hacer ver que se rompe el acuerdo-marco UGT-CEOE en la negociación colectiva, y en el centenar largo de convenios que se están negociando y que afectan a más de 400.000 trabajadores, éstas se están llevando conforme al acuerdo-marco. De ahí su falta, su ausencia de alternativa».

La crisis interna del PCE y CCOO tras la invasión rusa de Afganistán, que ha provocado una cierta ruptura del eurocomunismo al apoyar la invasión el PC francés, contribuye al comportamiento contradictorio de CCOO. La lucha entre eurocomunistas y prosoviéticos, como se ha visto en Cataluña, tiene su reflejo en CCOO, según Nicolás Redondo. «Tienen que aclarar cuál es la orientación de CCOO o de la gente del PCE. Junto a esta carta de Camacho están las declaraciones de Macario, el dirigente de CCOO de la construcción, diciendo que van a hacer confluir las huelgas de la construcción, del metal y de Renfe con el movimiento estudiantil. Quieren mezclar el movimiento obrero con el movimiento estudiantil, y esto nos preocupa, puede crear una situación muy delicada y no nos vamos a dejar arrastrar.»

«Hay condiciones objetivas para que el PCE intente aproximarse a los socialistas, tanto a nivel municipal como para el desarrollo de las leyes orgánicas o de cara a las autonomías, pero el comportamiento a nivel sindical es contradictorio. Hay una falta de coherencia. Probablemente la falta de una alternativa de CCOO en la negociación colectiva y la necesidad de romper el aislamiento a que se somete al PCE desde el Gobierno -nosotros estamos en contra- expliquen esta carta.»

Camacho: "Evitar la división de las fuerzas progresistas"

Marcelino Camacho, secretario general de CCOO, precisó a EL PAIS que la carta respondía a un acuerdo del secretariado confederal de CCOO que fue anterior a la reunión del Comité Central del PCE. Insistió en que tras analizar la negociación colectiva, en la que el acuerdo-marco ha sido superado en muchas ocasiones, CCOO vio cómo en algunos casos, como SEAT, la insistencia de alguna central en defender sus acuerdos con la patronal había generado situaciones nada beneficiosas para la clase obrera. «Lo que se trata es evitar que estas situaciones sigan produciéndose, y que los arañazos que nos estamos infligiendo en esta pugna por unas contradicciones reales entre UGT y CCOO, que existen en la realidad, se infecten y se transformen en heridas incurables que dividan a la clase obrera y sólo favorezcan a la derecha y a la patronal. Creemos que si nos reunimos podríamos arbitrar un método para superar esta confrontación, sobre la base de conseguir conjuntamente buenos convenios para los trabajadores, sin entrar en que se respeta o en que se rebasa el acuerdo-marco.»

«Sabemos que el PSOE quiere ser alternativa de poder, y nosotros nos alegramos de ello», añadió Camacho, «y que para ello necesita la hegemonía sindical. Pero la situación internacional, que todas las fuerzas progresistas vemos con preocupación, tiene su reflejo aquí, en España, con el proceso de derechización que capitanea el Gobierno de UCD. Y este proceso no trata de fortalecer al PSOE o UGT frente al PCE o CCOO. Lo que pretende es dividir a la clase obrera, debilitar a los sindicatos y perpetuarse en el poder, tras descargar la crisis económica sobre los trabajadores. Ahí está la reducción de prestaciones de incapacidad laboral transitoria, la inminente subida del 30% al 40% en el pago de las medicinas de la Seguridad Social, la ley sobre funcionamiento de la Administración que prepara el Gobierno para concederse a sí mismo todos los poderes o sus intentos de frustrar las autonomías, porque en Andalucía habría también un Gobierno socialista. De ahí la necesidad de una unidad de todas las fuerzas progresistas para hacer frente a esta ofensiva, y la unidad de las fuerzas progresistas sin un entendimiento sindical estaría coja y se tambalearía.»