El sistema de puertas cerradas frustró el asalto a un banco
Tres encapuchados no consiguieron entrar ayer en la sucursal del Banco de Santander enclavada en la calle de Mauricio Legendre, esquina a Agustín de Foxá, porque las puertas del local sólo se abren de modo restringido, a solicitud de los clientes que llegan. Según todas las referencias, este atraco frustrado es el primer caso en que parece dar buenos resultados un nuevo sistema empleado por un considerable número de entidades bancarias: el de abrir las puertas de entrada al local sólo cuando cada visitante justifica su presencia en él, o bien cuando los empleados le reconocen como cliente habitual o, en todo caso, cuando el encargado de franquear la entrada cree que existen indicios de que el recién llegado no es un atracador.Ayer, alrededor de las 9.20 de la mañana, tres personas,encapuchadas con pasamontañas se aproximaron a la sucursal bancaria con el indudable propósito de asaltarla. Llegados a la puerta, y convencídos de que estaba cerrada, desistieron de sus planes y huyeron a bordo de un automóvil Seat 131, en el que les esperaba una cuarta persona.
Un experto en seguridad consultado por EL PAIS aclaró que «este sistema, relativamente inusual en España, es utilizado con cierta asiduidad en el extranjero. Se usa principalmente en zonas rurales; cuando la oficina está dotada, de poco personal o cuando la clientela es reducida y conocida por los empleados». En España, el sistema parece estar en fase experimental, aunque ya hay datos sobre una utilización cada vez más amplia. Son precisamente las entidades bancarias que ya han sido objeto de algún atraco las que, a título de prueba, aplican esta fórmula, al parecer con resultados satisfactorios y sin demasiadas molestias para los clientes.
Detenido por robo de jamones
Enrique Borja Borja, un madrileño de diecinueve años, fue arrestado cuando se disponía a trasladar los veinticinco jamones que acababa de apilar a la puerta de una carnicería, después de apoderarse de ellos en el interior. Dos semanas antes, Borja había sido arrestado ya por tenencia de útiles para el robo, comportamiento insolente con policías nacionales y consumo de sustancias estupefacientes.
El segundo arresto del presunto ladrón de jamones se produjo después de una accidentada persecución a pie. Le fueron ocupados una palanqueta de hierro y un desmontable, con los que había forzado un par de cerrojos y había hecho saltar las piezas de mármol a las que estaban fijados. La mercancía que trató de robar está valorada en 60.000 pesetas, y los daños al establecimiento, en 10.000.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.