Buen número de filmaciones están archivadas en laboratorios privados
La progresiva pérdida de bienes de incalculable valor, como es el caso de los programas o productos de RTVE que constituyen su propiedad intelectual y, por tanto, un bien público; el hecho de que su tesoro matriz (los negativos de programas filmados) se encuentren en laboratorios privados; el desconocimiento del número y títulos de los programas en posesión de terceros, son algunos de los datos anómalos que los interventores de Hacienda califican de «gravísimos» en su auditoría.
La falta de organización de las funciones de almacenaje, pese a la existencia de múltiples almacenes y almacenillos, cuyo número exacto fue imposible determinar y a pesar del trabajo y mérito profesional de algunos responsables, son la causa de que en RTVE, por ejemplo, no exista una biblioteca central. En realidad, la causa podría ser la misma por la que desaparecen numerosos objetos adquiridos para la producción de programas; la apropiación indebida o, sin eufemismos, la sustracción de bienes adquiridos con dinero público, si bien en RTVE existe ya un eufemismo para designar esta práctica: los «depósitos personales».El depósito de negativos de pro,gramas filmados (que constituyen gran parte del patrimonio) en laboratorios de revelado particulares se valora así en el informe: «A juicio de algunos técnicos de RTVE el hecho que estamos comentando es normal y usual en cine. Esta es una afirmación que no podemos admitir. En primer lugar. porque es gratuita. En segundo lugar, porque otros técnicos implicados en el tema y, por tanto, neutrales, afirman textualmente que es una barbaridad. Y en tercer lugar, porque los productores privados de cine pueden hacer lo que quieran con sus películas, pero los responsables de RTVE tienen la obligación de controlar unos bienes de un organismo oficial y, por consiguiente, públicos. El colmo de la gravedad de este problema, reside en el hecho de que en RTVE, de los que presumiblemente deberían conocerlo, nadie sabe cuántas ni qué filmaciones propiedad de RTVE existen en poder de estos laboratorios. »
La falta de numerosos objetos comprados a través de producción de programas (bienes no consumibles comprados con fondos de RTVE) y no devueltos por los responsables de la producción a sus correspondientes almacenes es otro de los casos analizados por la auditoría. «Entendemos que estos hechos, que son fácilmente detectables por la dirección del organismo a poco que lo intente, son perseguibles por aplicación de la ley penal y podrían implicar responsabilidades. Por los almacenes de medios artísticos, a petición nuestra, nos han sido suministradas decenas y decenas de relaciones de material.
Se cita, además, como hecho particularmente grave, la progre siva desaparición de libros deposi tados en Arganda. Se trata de una partida importante: «Llegaron allí sin documentación y permanecen pero cada vez en menor número No se nos ha informado de cuántos son, quién los envió allí, para qué etcétera.» Por último, se denuncia la desaparición de vestidos del almacén de vestuario y una larga se rie de prendas no devueltas que se denominan depósitos personales expresión que, casi siempre, es «un eufemismo para designar apropia ciones indebidas».Algunos elogios
El informe destaca la «excelente organización del archivo sonoro de radio», el aceptable funcionamiento de videoteca y, al extremo opuesto, «el mal control de la filmoteca y del departamento de documentación de informativos».
«Por lo que se refiere a la filmoteca, creemos que se trata de uno de los casos más graves de descontrol detectado en RTVE. En ella se al macenan los programas filmados de RTVE. Aquí destacaremos que las filmaciones deben, normalmente, estar en la filmoteca. Se nos ha dicho, y así lo hemos comprobado, que entran en la filinoteca en muchos casos cuando estorban en otros sitios.» Los interventores de Hacienda constatan que «una propiedad pública tan importante y de tan alto coste, la propiedad más preciada de RTVE, su propia producción intelectual, está inadecuadamente controlada y es utilizada en muchos casos para bienes particulares. Esta grave afirmación ha sido suficientemente constatada y puede ser fácilmente comprobada con una simple comprobación entre la relación completa de programas filmados en los últimos años y los realmente existentes en la filmoteca. El seguimiento de la diferencia, si la dirección tiene algún interés en ello, puede resultar una lección utilísima». Los autores del informe citan como «casos destacables de filmaciones incontroladas, entre muchas otras», todos los programas de El hombre y la tierra («documentos valiosos y costosos fuera del control de los responsables de la filmoteca, según declaraciones de los mismos») y España siglo XX («programa de un gran valor histórico, al parecer, almacenado en otro organismo»).«Por lo que se refiere al departamento de documentación de informativos, se podría repetir punto por punto lo dicho de la filmoteca, pero con un grado más acentuado de gravedad y haciendo hincapié en la lamentable situación física del almacenamiento de las cintas por pasillos y rincones.» El informe destaca el hecho de que las salidas de material carecen de control: «Una vez que alguien se lleva una cinta, prácticamente puede hacer lo que quiera- con ella, desde hacer cuantas copias desee hasta quedársela. Este descontrol da lugar a dos tipos de irregularidades:
1º. Casos de filmaciones que, por no haber sido devueltas por las personas que se las llevaron, han sido dadas de baja por el servicio de documentación. Consta en una larga relación firmada por el responsable del servicio, que obra en nuestro poder y creemos innecesario reproducirla aquí. Estas filmaciones que son dadas de baja suponen en muchos casos una pérdida irreparable de documentación. Estos hechos producen un empobrecimiento del servicio, fácilmente detectable por los propios telespectadores de los programas informativos.
2. Existen casos, al igual que en la filmoteca, de directores, productores o realizadores de programas que consideran que sus programas son propiedad privada, llegando en casos extremos a negarse rotundamente a devolverlos. Los casos, al parecer, son numerosos. Se cita como más destacado el caso de Tico Medina. Sin embargo, el descontrol es tal que cualquiera puede hacerlo. Para los responsables del servicio de documentación estos hechos son injustificables y se consideran incapaces de solventar este problema por falta de autoridad y de apoyo de sus superiores. Estos superiores han reconocido la desorganización de este servicio.»
La causa de que puedan producirse hechos tan graves se debe, en interpretación de los autores del informe, a que no existe una organización de las funciones de almacenaje. «Existen almacenes, muchos, pero se puede asegurar que nadie en RTVE conoce el número exacto y la situación de todos los almacenes.» Se denuncia la falta de organización, de una concepción unitaria del almacenaje por parte del equipo directivo, la ausencia de normas de carácter general, y, por el contrario, se elogia el hecho de que existen «en algunos almacenes responsables verdaderamente profesionales, cuya labor, por lo callada y desconocida para las altas instancias de RTVE, debe ser destacada». Labor que es «tanto más meritoria cuanto que el ambiente en que se desenvuelven es el menos propicio para una labor seria».
Los almacenes carecen de organigrama y, por tanto, no hay funciones definidas. Sus responsables están subordinados incluso a los usuarios finales de los objetos almacenados. El control es imposible. No disponen de suficiente personal, mientras que en otros casos el número de locales resulta excesivo-, por ejemplo, los almacenes de material inventariable, de los que se comprobó la existencia de quince y que podrían reducirse «a tres o cuatro a lo sumo».
Después de mencionar la falta de organización del material inveÉitariable de los informativos, el informe se detiene en la descripción del almacenamiento de libros, dispersos en almacenes de medios artísticos, como utillería en poder de los responsables de programas, en despachos, bibliotecas parciales (informativos, instituto), para concluir que su lugar más apropiado sería la biblioteca general. « Pero en RTVE no existe esa biblioteca general o, al menos, no nos ha sido señalado por más que lo hemos solicitado.»
Las deficiencias del almacenaje se concretan en unos hechos que, según los funcionarios de Hacienda, podrían generar responsabilidades: «para los responsables de los almacenes y sus jefes inmediatos, por no exigir la devolución de los bienes almacenables una vez que éstos han cumplido su función: los responsables de producción de programas, por no devolver bienes adquiridos con fondos públicos, es decir, se los apropian indebidamente; la Dirección General y altos órganos de las áreas afectadas no han organizado estas funciones de forma adecuada y han permitido que sucedan unos hechos claramente irregulares».
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