El presidente Suárez prepara viajes a Irak y a otros países del Oriente Próximo
El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, realizará una gira por el Oriente Próximo a partir del mes de febrero. Además de Irak, otros países figuran como posibles etapas del viaje presidencial, que podría iniciarse en torno al día 20 de febrero y que incluye en sus primeros objetivos el reforzamiento de las relaciones entre España y el mundo árabe, la búsqueda de nuevas garantías de aprovisiona miento de petróleo y el análisis de la situación política y militar del Oriente Próximo. Fuentes oficiales españolas no quisieron decir qué países se incluirían en la gira, pero se especula con la posibilidad de que Jordania y Siria se encuentren entre ellos.
La conversación que el presidente Suárez mantuvo con el presidente Carter en Washington sobre la crisis del Oriente Próximo y la tensa situación política y militar del golfo Pérsico son elementos que contribuyen a revalorizar políticamente el desplazamiento del jefe del Gobierno español, que tendrá una duración aproximada de cuatro días y la ciudad de Bagdad como primera etapa. La visita del presidente Suárez a la capital iraquí estaba ya comprometida desde hace tiempo y sólo faltaba confirmar la fecha. También existe un viejo compromiso con Arabia Saudí, que algunos piensan tendría ahora la oportunidad de completarse. Se cree que el viaje mantendrá el criterio establecido por el palacio de la Moncloa de escalas cortas y rápidas para los desplazamientos al extranjero del primer responsable del Ejecutivo.
Irak y Siria son miembros del llamado «frente de rechazo» a los acuerdos de paz firmados en Camp David por Egipto e Israel. España estaría propiciando a Yasser Arafat como mediador real del problema del Oriente Próximo. La opinión española, hecha patente en la visita de Suárez a Carter, sería que sin una solución pacífica en el área, que pasa por el establecimiento de un Estado palestino y el reconocimiento del derecho de Israel a tener unas fronteras estables, la tensión mundial podría generalizarse. La diplomacia española apoyaría la solución Arafat como la más moderada y contempla con preocupación la política del primer ministro de Israel. Begin. que considera no responde siquiera al espíritu de los acuerdos de Camp David.
Las relaciones entre España e Irak mejoraron sensiblemente a partir del viaje que el rey don Juan Carlos realizó a Bagdad enjunio de 1978. Desde entonces, la cooperación económica, comercial y política entre ambos países mejoró sensiblemente.
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La crisis árabe-israelí, tema central a discutir en el viaje de Suárez a Oriente Próximo
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Altos representantes políticos y militares iraquíes han visitado España, y delegaciones similares españolas se han trasladado a este país recientemente, como la que presidió hace meses el secretario de Estado para la Información, Josep Meliá. La cooperación progresa en el terreno del armamento, de la información, de los intercambios comerciales tecnológicos y, sobre todo, en el campo energético. España desea suplir la reducción de sus importaciones de crudos irarníes con un sensible aumento de las compras a Irak, con motivo del viaje de Suárez.
Asimismo, en esta capital se tratarán a fondo las crisis políticas de Asia central y del Oriente Próximo. Se recuerda ahora la conversación que Suárez mantuvo con Carter en Washington y las ideas expuestas por el presidente español en la Casa Blanca. Adolfo Suárez argumentó entonces, como lo hiciera días anteriores el canciller Schmidt, que, tras la invasión de Afganistán por la Unión Soviética, y el resurgir político-religioso del mundo islámico, existía la posibilidad de que Occidente (Europa y Estados Unidos) recuperara su influencia en la zona y estableciera unas nuevas relaciones políticas y económicas equilibradas con los países islámicos. El presidente señaló la necesidad de un diálogo formal entre las capitales europeas y Washington, en búsqueda de la creación a medio plazo de un Estado palestino y del establecimiento de unos precios fijos para el petróleo de Oriente Próximo y del golfo Pérsico. Aquí se incluye también la iniciativa de reformar la resolución 242 de la ONU, sobre la crisis árabe-israelí, en favor de la nación palestina como elemento importante para dar una salida «globalizada» a los acuerdos d e Camp David, firmados por Egipto e Israel.
Irak es, precisamente, país miembro del llamado frente de rechazo a los acuerdos de Camp David, y una de las naciones en las que Estados Unidos no tiene embajada -sus intereses están representados por Bélgica- Asimismo, desde la invasión de Afganistán, la infuencia soviética en Irak parece haber descendido, lo que podría facilitar un acercamiento de este país hacia Occidente de la mano de España, país que mantiene estrechos contactos con la OLP y que no ha reconocido a Israel.
Siria, Estado también miembro del frente de rechazo, será probablemente otra de las etapas del presidente. Damasco ocupa un lugar importante en la crisis de Oriente Próximo como parte interesada que reclama los altos del Golán. La visita hispana a este país es casi obligada, si se quiere tener una perspectiva completa del problema, y, sobre todo, para equilibrar el desplazamiento a Irak, porque entre estos dos países vecinos ha imperado muchos años una dura polémica con motivo de la ruptura del partido árabe Baas, en cuya cabeza se situaron, sirios e iraquíes.
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