Duelo en la minería por la muerte de cuatro trabajadores en "La Camocha"

La minería de Asturias y la casi totalidad de León paró ayer durante veinticuatro horas en señal de luto por los cuatro trabajadores muertos en La Camocha. El rescate de sus cuerpos sin vida se produjo el domingo. A las cuatro y media de la madrugada fueron encontrados Andrés Rodríguez Vigil, de veinte años, y Victoriano Blanco Narciandi, de 44 años; los cadáveres de Félix Angel Prieto Marcos, de veinticuatro años, y de Leandro Benjamín López, de treinta, aparecieron a las cinco de la tarde.

Comisiones Obreras y el Sindicato Minero de Asturias (Soma-UGT) y el comité de empresa hicieron un llamamiento al paro, registrado ayer en la minería, sin hacer alusión alguna a la falta de seguridad como posible causa del trágico accidente. Cuatro facultativos del Soma-UGT inspeccionaron la zona del siniestro sin detectar negligencia alguna, según ha trascendido.Los trabajos de rescate, que duraron 52 horas, se vieron dificultados por los numerosos desprendimientos posteriores.

Los cadáveres fueron retirados el domingo de la mina en medio de un silencio sobrecogedor. En las proximidades del pozo se encontraban familiares, trabajadores, dirigentes sindicales y políticos asturianos. La minería asturiana, que cuenta con unos 30.000 trabajadores, quedó ayer completamente paralizada.

La mina gijonesa de La Camocha es propiedad de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, lo mismo que la de Caboalles (León), donde recientemente perecieron diez mineros en un accidente muy polémico, sobre cuyas causas no se pusieron de acuerdo las centrales sindicales y la empresa. Para Comisiones Obreras y la UGT, la tragedia de León tuvo su origen en una explosión de grisú, mezcla gaseosa muy inflamable que se desprende espontáneamente del fondo de las minas de hulla. En el accidente de La Camocha, las causas, por todos los indicios, ha sido un desprendimiento repentino de una capa de carbón muy fina que atrapó a los cuatro mineros.

Al comienzo de los trabajos de rescate pudieron oírse sus gritos, pero los desprendimientos posteriores cortaron toda comunicación con ellos, dándose desde entonces, por pérdidas todas las esperanzas de encontrarles con vida. Dirigentes sindicales comentaban ayer el desafortunado intento del conde de los Gaitanes, presidente de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, de minimizar los accidentes mortales en sus minas, en una reciente intervención en Televisión.