La patronal se suma a la huelga de taxis, iniciada el miércoles

Las intensas gestiones de los representantes de los taxistas con la Administración y la importante adhesión al paro por parte de la Unión Nacional de Asociaciones Libres de Taxis (CEOE) -que controla el 80% de todas las licencias- fueron las únicas novedades registradas ayer en este conflicto, planteado a raíz de los nuevos precios de los productos energéticos.La asamblea nacional de los patronos del taxi, celebrada ayer en Madrid, pese a que volvió a calificar la convocatoria de huelga efectuada por autónomos sindicatos de «unilateral y antidemocrática», acordó sumarse a la misma. Los mencionados calificativos a la convocatoria los explican los patronos en la falta de consulta a los representantes provinciales.

Mientras que la mayor parte de las ciudades españolas se encontraban ayer, de nuevo, sin servicio de taxis o con un servicio deficiente, la Administración -en las conversaciones mantenidas- persistió en su negativa a conceder las subvenciones reivindicadas por estos profesionales. El presidente de los autónomos, Luis Fernández, advertía ayer, ante esta situación, que podía trasformar su huelga pasiva en paro activo y provocar un verdadero caos circulatorio en las ciudades.

Entre tanto, la Administración sigue sin pronunciarse sobre esta huelga, convocada en un servicio público sin preaviso alguno a los usuarios.

En algunas ciudades, sin embargo, como es el caso de Santander, los taxistas no han secundado el paro, pese a protestar por la subida de los carburantes. Estos profesionales santanderinos, según Víctor Gijón, podrían recurrir a su propia huelga, en próximos días, reivindicando una subida de tarifas planteada hace meses y todavía no concedida por el Ayuntamiento montañés. Contrasta este conflicto con el que tiene lugar a nivel nacional, en el que los taxistas se oponen a una nueva subida de tarifas como solución al incremento del precio de los carburantes.

Medios próximos a la Administración señalaron a este diario cómo la intención del equipo económico al fijarlos nuevos precios energéticos, y concretamente, los del butano para el uso de los taxis, han procurado cargar más la repercusión de la subida sobre los estratos económicos más favorecidos, situación en la que la Administración sitúa al usuario del taxi.