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La adhesión a la CEE repercutirá negativamente sobre la industria española

Soledad Gallego-Díaz

Cincuenta y tres, de 94, productos industriales elaborados en España sufrirán negativamente las consecuencias de la adhesión de nuestro país a la CEE, según el estudio La industria española cara al Mercado Común: el impacto de la adhesión, realizado por Michael Noelke y Robert Taylor para la Asociación Europea de Estudios, por encargo de la Comisión Euro pea. El informe, que consta de 560 páginas, examina la repercusión del ingreso de España en la CEE en los siguientes sectores básicos de nuestra industria: siderurgia, construcción naval, automóvil e industria auxiliar, aeronáutica, electrónica, textil, calzado, química, papel, muebles, cerámica y vidrio y juguetes. Llega a la conclusión de que 53 subsectores de estas ramas se encontrarán con serios problemas para adaptarse a la Comunidad Europea. Los más perjudicados serán, entre otros, los aceros especiales, laminados, bobinas, barcos de carga, portacontainers, transportadores LPG, motores Diesel, equipamiento electrónico de navíos, vehículos utilitarios ligeros, recambios de motor, tracto res, electrodomésticos, informática, aviones pequeños, calzado de plástico, camiones, pantalones, tejidos de fibras sintéticas, productos farmacéuticos y de perfumería, así como petroquímicos, papel kraf y de prensa, muebles metálicos, cerámica y vidrio y juguetes electrónicos. En su informe sobre la industria española, los señores Noelke y Taylor afirman que una de sus características es la fuerte penetración de capital extranjero. «Más que en la CEE, las empresas multinacionales ocupan un lugar dominante en muchos sectores industriales españoles», afirman textualmente.

El comportamiento de estas sociedades de capital extranjero ante la adhesión de España a la Comunidad Europea es, a su juicio, difícil de predecir, puesto que las decisiones importantes se adoptan en las casas-madre. Señalan, sin embargo, que el hecho de que el capital extranjero afluya masivamente a nuestro país en vísperas de su ingreso parece indicar que las multinacionales cuentan con ampliar sus operaciones en España para cubrir desde ahí el mercado comunitario y, eventualmente, el de países terceros, como los árabes o América Latina.

Las inversiones extranjeras en España se doblaron entre 1977 y 1978, pasando de 420 millones de dólares a 860 millones de dólares, según cifras oficiales.

Exportaciones récord

«España inicia sus negociaciones para la adhesión a la CEE en condiciones económicas difíciles», resaltan los autores del estudio. Nuestro país, más dependiente en materia energética que los países miembros de la Comunidad, se encuentra en una posición especialmente vulnerable respecto al incremento de los precios del petróleo. Las tasas de inflación y de paro, resaltan igualmente, son superiores a la media comunitaria. Estos problemas de la economía española no son bien conocidos en el extranjero, pendiente más bien de las exportaciones de España, que alcanzaron un nivel récord en 1978.

Al analizar la estructura industrial española, el informe pone de relieve que el 93,4% de las empresas industriales tienen menos de veinticinco empleados, el papel que juega el Instituto Nacional de Industria y, una vez más, la fuerte penetración de capital extranjero.

«Las pequeñas y medianas empresas», añaden, «que están presentes en todos los sectores de la industria, deberán realizar un importante esfuerzo de reestructuración y concentración, porque su existencia estará amenazada a partir de la adhesión por la competencia de las grandes empresas comunitarias. Pensamos, por ejemplo, en industrias como la de componentes electrónicos o las auxiliares del automóvil »

Por el contrario, empresas pequeñas de los sectores de calzado, textil y confección podrán sobrevivir bien.

Otro de los aspectos más importantes de la economía española es su alto grado de dependencia tecnológica, resaltan. El déficit de la balanza de pagos en este campo se sitúa entre los trescientos y los cuatrocientos millones de dólares al año.

En relación con el INI, los expertos de la Asociación Europea de Estudios estiman que su papel no es muy diferente del de las empresas públicas de los países comunitarios. «Pero, al margen del INI, el Estado español concede ayudas a la industria en general, lo que constituirá un punto importante en las negociaciones para la adhesión», y enumeran las ayudas de tipo sectorial y regional que existen en la actualidad, entre ellas las sociedades para el desarrollo industrial y los polígonos industriales.

El informe examina exhaustivamente el comercio exterior español y señala que, pese a las últimas medidas liberalizadoras adoptadas por el Gobierno, el mercado español se encuentra aún altamente protegido.

«En ausencia de una mejora de su demanda interior», afirma más adelante, «es importante para España mantener el dinamismo de su sector exterior». Los expertos comunitarios estiman que el Gobierno español fue muy prudente cuando calculó la tasa de crecimiento anual para el período 1980-1983 en un 4% ó 5%, así como un nivel de inflación similar al de los países de la CEE. «El Ministerio de Finanzas varió después sus apreciaciones, calculando ahora una tasa de crecimiento del 3% al 4% y un nivel de inflación entre el 12,5 % y el 13,5 % , superior al de la Comunidad».

Constata que los esfuerzos del Gobierno para reducir la inflación se han hecho sentir sobre el nivel del paro, que estiman, según cifras oficiales, en 1.128.000 desempleados a mediados de 1979. La tasa de paro -añaden- es muy superior en las provincias del Sur, donde puede alcanzar el 18%.

Según los señores Noelken y Taylor, haría falta crear 160.000 nuevos empleos al año para mantener el índice de paro actual, lo que implicaría un índice de crecimiento del 5% al año.

Pese a las grandes diferencias que existen según los distintos sectores industriales, el documento de la Sociedad Europea de Estudios estima que España no es, en términos generales, un país con bajos costes salariales y resalta que los niveles de productividad son todavía inferiores a los de la CEE en los sectores clave de la economía.

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