La Navidad, en las cárceles

En estas fechas navideñas es costumbre conceder a todos los presos alguna entrevista con sus familiares, vis a vis, y la dirección de la cárcel de Yeserías así se lo había anunciado a varias presas políticas, entre las que se encuentra mi hija.Con esta ilusión reuní a todos mis hijos para la visita, que habría de celebrarse el día 25 de diciembre. Momentos antes me enteré de que la directora del centro había suspendido las visitas por mal comportamiento de las presas políticas la noche anterior (Nochebuena). Parece ser que tres de ellas no atendieron la indicación de una de las empleadas de retirarse a su dormitorio a la hora exigida.

La directora valoró esta falta a «su aire» y no se conformó con privarnos a las familias de esta esperada visita, sino que también suspendió la que habrían de celebrar las que son madres con sus pequeños hijos, todos de cortísima edad y que habían llegado con este fin desde distintos puntos de España.

Al hacer una valoración elemental de esta decisión se pueden tener en cuenta algunos de estos simples argumentos:

1. La mayor parte de estas presas políticas sólo tienen acusaciones de delitos de asociación y proseláismo.

2. Estas visitas se habían concedido en atención a la Navidad, fiesta mayor de la familia española.

3. Buena parte de las familias, de condición modesta, hicieron un esfuerzo económico para estar en Madrid en estas fechas.

4. En la cárcel también se leen los periódicos: diputados y senadores reniegan públicamente de España y hacen apología del terrorismo.

5. Otros presos políticos salen masivamente de las cárceles con delitos, según la prensa, muy superiores a los que han cometido (o se les acusa de ellos) la mayor parte de estas chicas.

6. Ellas piensan que si «tuviesen un Rupérez» podrían salir pronto y por la puerta. ¿Será posible?