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Helmut Schmidt y Adolfo Suárez hablarán hoy de la situacion política internacional, defensa, desarme europeo y de la CEE

El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, inició ayer en Madrid una visita oficial a España de tres días de duración. Durante su estancia en la capital española, el canciller federal, que fue recibido en audiencia oficial por el rey Juan Carlos en el palacio de la Zarzuela, conversará con el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y con el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, sobre la situación política internacional, las negociaciones para el ingreso de España en la CEE, la eventual articulación hispana a la OTAN y las relaciones bilaterales de ambos países desde la óptica de la cooperación política, económica, militar y social.

Muchas de estas cuestiones serán abordadas por Schmidt en la entrevista que mantendrá con el secretario general del PSOE, Felipe González, con quien también hablará de la Internacional Socialista.La crisis política por la que atraviesan Afganistán e Irán, el endurecimiento de las relaciones Este-Oeste y el futuro de la próxima Conferencia de Madrid sobre la Seguridad y Cooperación en Europa constituyen los temas centrales de la actualidad internacional, que serán abordados ampliamente en la entrevista que Suárez y Schmidt mantendrán hoy en el palacio de la Moncloa. Es conocida la posición del Gobierno federal sobre el reciente debate interatlántico en favor de la instalación de misiles tácticos en territorio de Europa occidental, de la misma manera que la RFA no desea que las crisis políticas de Asia central degeneren en una ruptura del proceso de distensión europeo, institucionalizado en la Conferencia de Seguridad y Cooperación de Helsinki.

En estos dos temas parece ser que tanto España como la República Federal de Alemania mantienen posiciones similares. El presidente Suárez se declaró en Bruselas favorable a la instalación de los «euromisiles» nucleares en territorio occidental europeo y, por otra parte, el Gobierno español no desearía ver suspendida o retrasada la convocatoria de la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación, que abrirá sus puertas en Madrid el próximo día 11 de noviembre, según las previsiones oficiales, y si no prosigue la escalada antidistensión entre el Este y el Oeste. El canciller austriaco, Bruno Kreisky, comentó ayer la posibilidad de la suspensión de la Conferencia de Madrid, lo que provocó una urgente reacción oficial española por parte de la Oficina de Información Diplomática, que no consideró oportuno hablar de suspensión en las circunstancias actuales.

OTAN y presidencia en la ONU

La eventual incorporación de España a la OTAN, la renovación del tratado de amistad y cooperación Madrid-Washington y Gibraltar podrían ser cuestiones que, entrelazadas, surjan en el diálogo Suárez-Schmidt. La prensa alemana se quejaba ayer de que los medios de comunicación hispanos habían ofrecido una fría acogida al canciller, a quien se solicitaba no injerencia en el debate OTAN y apoyo incondicional al ingreso en la CEE. La cuestión OTAN, supersensibilizada en los medios políticos y de opinión hispanos -sobre todo, desde que el Gobierno de Madrid condenó como injerencia las declaraciones de Fidel Castro contra el ingreso de España en la Alianza Atlántica-, es tema que debería surgir en el diálogo, aunque ello no se reconozca en público, en pro de la «no injerencia».

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También podría emerger la cuestión del tratado con Estados Unidos como modelo de una cooperación militar en la que Bonn podría estar interesada y que hoy discurre sólo en el terreno de la compra y producción de armamento. El tema Gibraltar también puede ser discutido, por estar íntimamente ligado a los dos anteriores y por ser una de las cuestiones que más interesan al presidente Suárez, y que se espera que consiga un pronto desarrollo a lo largo del año entrante. Si esta cuestión volviera a debatirse en la ONU, la República Federal de Alemania podría, en relación con Gibraltar, desempeñar un cierto protagonismo si su candidato a la próxima presidencia de la Asamblea dé las Naciones Unidas consigue este puesto, bien por derrota o retirada de su único contrincante, el embajador de España en la ONU, Jaime de Piniés, quien sueña con terminar su vida diplomática desempeñando este puesto, que España tiene grandes posibilidades de conseguir con los votos de América Latina, países árabes y no alineados.

La candidatura de España a la CEE constituye otro de los puntos claves del diálogo de Madrid, que de ningún modo podrá calificarse de frío o tenso, sino de normal, dado que entre ambos países no existen problemas importantes en sus relaciones, que son quizá las mejores que España mantiene con cualquier otra nación de Europa occidental. Aquí la parte hispana va a pedir el apoyo incondicional de Bonn tanto en el calendario como en el desarrollo de la negociación. Suárez quiere ser el presidente que llevó España a la CEE y desea que ello quede bien claro antes de los comicios generales de 1983; de ahí que a Madrid le interese el ritmo de la negociación.

Asimismo preocupa en la capital hispana la reforma en curso de los reglamentos agrícolas comunitarios y los trabajos del llamado comité de notables (sages) que estudió la eventual transformación institucional de las Comunidades con motivo de su segunda ampliación. Por último, está la cuestión de los períodos transitorios y la libre circulación de trabajadores en territorio europeo, a la que Alemania, que ya impuso un período a Grecia de diez años, mantiene serias reticencias. Madrid exige que si diez son los años para el sector laboral, otros tantos deben imponerse a los aspectos sensibles de la economía española, como la industria. España desea un período de transición ya dentro de la CEE único, y no múltiples por materias, como intenta imponerlo a los negociadores españoles la parte comunitaria en el curso de las sesiones que ya se celebran en Bruselas.

También el tema laboral podrá surgir en las conversaciones, aunque desde otra perspectiva estrictamente bilateral. España desea conseguir para los emigrantes residentes en la RFA un máximo de condiciones laborales, políticas, culturales y de seguridad social. Este tema entrará en la discusión con otros de interés mutuo, como la cooperación económica y financiera -España ha comprado helicópteros militares en Alemania, colabora con Bonn en el proyecto Airbus y en algunos otros terrenos, como la energía solar y el tecnológico- y el nivel actual de los intercambios comerciales.

Por último, en la conversación que Helmut Schmidt mantendrá en la tarde de hoy con Felipe González se espera que ambos líderes analicen la situación política interna de ambos países -con referencia a las próximas elecciones generales en la República Federal de Alemania-, la situación política internacional y la marcha de las actividades de la Internacional Socialista. Es posible que el líder socialista español informe al canciller federal de los resultados de su viaje por América Latina.

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