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Gente

Sucedió en una parroquia de Italia y parece una versión moderna, actualizada, de un episodio bíblico, con algunas diferencias fundamentales. El protagonista es el párroco y la localidad en que ocurrió el incidente es Sarda de Pimentel, en Cagliari. El sacerdote, Luigi Murgia, no está dispuesto a permitir que la delincuencia que se nota en la pequeña localidad penetre también en la iglesia. Para disuadir a los que le pretendan contradecir, se subió al púlpito durante la misa, mostró una pistola y dijo, solemnemente: «No quiero ladrones en casa. Si alguno intenta entrar de noche me defenderé y no dudaré en disparar.» El sacerdote, de setenta años, prosiguió: «No soy violento, pero en los últimos tiempos ya no se puede vivir tranquilo. Los ladrones han entrado en la escuela y hasta en el Ayuntamiento, y no quiero que lo intenten otra vez conmigo.»

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