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Un millar de viviendas, ocupadas por el sistema "patada a la puerta"

Las ocupaciones de viviendas, fenómeno muy extendido en los barrios más populosos de Madrid, han sido, a lo largo de los últimos tres años, uno de los protagonistas de la vida ciudadana madrileña.La operación es sencilla. Por la noche o al atardecer, la familia o familias que han vigilado el abandono continuado de alguna vivienda, rompen cerraduras, dan una patada a la puerta y se posesionan de la casa. Después viene la denuncia en comisaría por el adjudicatario de la vivienda, que a su vez lo pone en conocimiento del Juzgado de Guardia, quien inicia los trámites judiciales por «allanamiento de morada».

Una de las primeras iniciativas, a la hora de ocupar por la fuerza una vivienda, fue tomada por diecisiete familias del barrio de La Ventilla. La decisión se adoptó tras una serie de reuniones mantenidas por la comisión de urbanismo de la asociación de vecinos. Los pisos pertenecían a los Ministerios de la Vivienda y Gobernación y permanecían vacíos desde hacía diez años. Una vez estudiados los pros y los contras, se decidió la ocupación el 13 de diciembre de 1976, acto que fue festejado y aplaudido por todos los vecinos del barrio.

Actualmente se puede dar la cifra de un millar de viviendas ocupadas en Madrid por el sistema de patada a la puerta. En unas jornadas sobre la vivienda promovidas por la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, Manuel Castells, sociólogo urbanista del PCE, apuntó la cifra de 90.000 pisos vacíos, de ellos, 3.000 de promoción oficial.

Los juicios contra los ocupantes de viviendas se han ido sucediendo a partir de febrero del pasado año, que se celebró el primer juicio en Madrid. Las sentencias han sido diversas: desalojo de la vivienda, condena a prisión, multas, absolución del procesado y concesión de las viviendas ocupadas, entre otras.

En Carabanchel, a mediados del año 1977, la Asociación de Amas de Casa, apoyada por la Coordinadora Provincial, se planteó una encuesta a fondo del número de pisos vacíos en el barrio, relacionándola con las necesidades urgentes de vivienda por parte de los 2.000 chabolistas. El momento coincidió con el auge de las ocupaciones en Madrid. Una comisión de mujeres, durante casi tres meses, recorrió bloque por bloque la zona, presentando la cifra de trescientas a cuatrocientas viviendas de protección oficial no ocupadas por sus adjudicatarios. Solamente en la colonia de Experimentales, formada por 950 viviendas de promoción oficial, había entre 150 y doscientas vacías. En esta colonia ya ha sido acordada la expropiación de diversos pisos vacíos.

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