No está clara la nueva estructura del equipo Seat

El equipo de competición de Seat acaba de ser parcialmente disuelto, con objeto de mejorar la imagen pública deportiva de la primera empresa de automóviles española, así como por haber visto recortado el presupuesto por parte de Fiat al 40% de lo que fue en la temporada que acaba de terminar. Sin embargo, la forma de hacer la reestructuración y el resultado de la misma no son ni lo que se esperaba ni lo que deberían haber sido.En primer lugar, sorprende el hecho de que varios miembros del equipo se hayan tenido que enterar de la reestructuración Y de su despido ppr la prensa. Después de años de entreea y servicios al equipo -y, por tanto, a la empresa-, merecían un final más correcto.

Además, si la idea era intentar anular la imagen negativa que tenía el equipo de competición por luchar con más y mejores armas que muchos pilotos rivales que lo hacen con coches de la marca, no se entiende que se mantenga precisamente la actividad de circuitos, que es donde más ha sido criticada la empresa por haber arrebatado el título a un piloto que corría como privado -costándole mucho dinero el hacerlo- con un Seat. Máxime cuando la actividad de circuitos se centra exclusivamente en ocho carreras, para las que Seat tiene que mantener una estructura de equipo compuesta por un director, un director técnico, un ingeniero y una decena de mecánicos, con un costo total superior a treinta millones. Cada una de esas carreras, por tanto, costará unos cuatro millones de pesetas, cifra impresionante Y que difícilmente podrá rentabilizarse en la empresa, aun cuando lleguen resultados favorables.

Por otra parte, el ofrecimiento hecho a Zanini Y Beny Fernández para que puedan seguir sus actividades parece destinado justamente a lo contrario. Porque para que Zanini pueda seguir corriendo necesita muchísimo más que un coche un motor de recambio, algunos repuestos y el seguir cobrando su sueldo -unas 900.000 pesetas anuales- sin necesidad de acudir a trabajar a diario, y Seat debe saberlo muy bien teniendo en cuenta el costo, próximo a 150 millones de pesetas, de esta temporada, en la que el ha sido casi el único protagonista. Y lo mismo puede decirse con respecto a lo que dan a Beny.

Junto a todo ello, se han aumentado los premios en metálico a los pilotos privados y se ha creado una buena fórmula de promoción, pero aún se está muy lejos de premiar a los privados como merecerían éstos a tenor de los costos que implica la competición hoy día.

Hubiera sido muchísimo mejor y muchísimo mas barato para la empresa deshacer totalmente el equipo, dar más dinero y material a Zanini. Beny Fernández y Cañellas para que corriesen por su cuenta -pero con cantidades suficientes como para que pudieran hacerlo en condiciones- y, al mismo tiempo, incrementar de forma notable los premios en metálico a los pilotos privados, de forma que éstos recibieran cantidades casi espectaculares, que hicieran que muchos que corren con otras marcas reconsiderasen sus planteamientos. Pero para ello el montante global de los premios en metálico tendría que haber sido muy superior a ese 10% que es ahora respecto del total del departamento de competición de Seat, y tal y como Fiat ha comenzado a hacer ya desde la pasada temporada.

De esta forma, habría imperado el juego limpio, y, sobre todo, con la misma -o inferior- cantidad de dinero, Seat habría conseguido una mayor y mejor participación de los privados -con el consiguiente beneficio, de paso, para el deporte del automóvil-. Al mismo tiempo, lograría una mayor repercusión. Con premios importantes y una participación ma siva sería difícil que se le escapara algún título, pero siempre a través de privados. Y, finalmente, Seat conseguiría un refortalecimiento de una deteriorada imagen como la actual, que con las medidas adoptadas será difícil conseguir.