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Televisión pública- televisión privada

La primera sesión de la última jornada del seminario «Cultura y comunicación social: la televisión», organizado por Fundes (Fundación de Estudios Sociológicos) se caracterizó por una polarización más intensa de las intervenciones en torno al debate televisión pública-televisión privada.Dieter Weirich, diputado de CDU (Unión Demócrata Cristiana de la República Federal de Alemania, actualmente en la oposición), leyó ayer su ponencia titulada «La participación de la iniciativa privada en la televisión, a través de la producción de programas» y se pronunció a favor de un intercambio más intenso de programas a nivel europeo e internacional y de una mayor colaboración entre productoras privadas y públicas. Los doctores Von Lojewsky y Ralf Reck abundaron, respectivamente, en el análisis de la organización de la televisión en la República Federal de Alemania, la producción de programas y la televisión de ámbito estatal y regional, respectivamente.

Alvaro Muñoz, delegado del consejo de Fundes, abrió el coloquio que siguió a las tres intervenciones en alemán. El señor Muñoz destacó que, al contrario de lo que sucede con otros servicios públicos, como las principales vías de comunicación o autopistas, el proyecto de estatuto para televisión no prevé que la gestión pueda efectuarse mediante concesiones a empresas privadas y precisó que el estatuto es, todavía un proyecto. Alicia del Carpio, fundadora de la televisión colombiana, propuso el modelo de su país, en el que la televisión estatal saca a licitación pública los horarios de la programación. Juan López Moctezuma, de Televisa -quien después leería su propia ponencia-, defendió el sistema mexicano (cinco canales de televisión por cable, cuatro canales de televisiones privadas y dos canales de televisión gubernamental) y dijo que México ya tiene «la televisión de futuro»; la audiencia, según el ponente, puede elegir todos los días entre cien horas de programas distintos y variados (no menos de cien películas a la semana). Añadió que se producen más de mil horas al mes, se venden al extranjero 25.000 horas -«más que ningún otro país del mundo»- y que sus programas llegan a veinte millones de telespectadores norteamericanos. El representante de Televisa arropó su intervención con la lectura de un texto de Octavio Paz y expresó, a lo largo de su intervención, que una sola televisión estatal es inconcebible en un sistema pluralista.

Tan sólo Pilar Miró -directora de cine y realizadora de TVE- y el diputado Ramón Sala manifestaron su oposición a las tesis vertidas en el seminario. Pilar Miró comenzó su intervención preguntándose con «una frase últimamente de moda: ¿qué hace una chica como tú en un sitio como éste?» y criticó «la interrogante un tanto maniquea» de la ponencia que se le encomendó: «Televisíón pública o televisión privada, desde el punto de vista del realizador.» En cuanto al debate sobre la coexistencia de televisiones privadas y públicas, Pilar Miró dijo: «Un creador, un realizador de televisión o un simple ciudadano con dos dedos de frente tienen derecho a pensar que, por muy indivisible que sea el concepto de libertad, no es lo mismo la libertad de expresión que la libertad de lucro y que el ejercicio práctico de la segunda de las libertades no garantiza necesariamente el disfrute de la primera». Pilar Miró censuró la situación en que se encuentra TVE en los siguientes términos: «No puedo por menos de lamentar que en nuestro país jamás haya. existido la televisión estatal, sino la televisión gubernamental, o peor aún, un instrumento compulsivo, desinformador, desmovilizador y muchas veces entontecedor al servicio privado -con el dinero público- de un grupo encaramado en el poder». La realizadora no se opuso a la posibilidad de producción privada para la televisión pública siempre que tenga un carácter subsidiario respecto a la producción propia y esté sometida a un control de sus contenidos.

Ramón Sala se dirigió al auditorio en representación del grupo parlamentario Minoría Catalana, para señalar que el debate televisión pública-televisión privada era importante, pero había otros hechos más urgentes: «Muchos españoles todavía no pueden ver la televisíón» y expuso que para tener úna televisión democrática era necesario, antes que nada, extender la cobertura del primer y segundo programas. El señor Salas dijo a los informadores que él mismo vive en un pueblo catalán donde no puede verse la televisión.

El ministro de Cultura, Clavero Arévalo, cláusuró el seminario con un discurso en el que, entre otras cosas, señaló el dato de que se habían presentado proyectos privados para la producción de programas de cine para televisión por valor de 13.000 millones de pesetas, cuando lo previsto como inversión por parte de TVE es de 1.300 .millones. Con ello el ministro quiso resaltar la importancia de la producción privada de películas.

El ministro de Cultura se refirió también en sus palabras al estatuto de la televisión, cuya aprobación final por el Congreso se espera dentro de breve tiempo y que será, a juicio del ministro, un instrumento al servicio del pluralismo, con control parlamentario. «Un estatuto», añadió, «que no cierra el paso a los proyectos privados, tal como ocurre con la radio.»

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