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La muerte puede llegar por el aire

El 50% de las urgencias, por motivos respiratorios y cardiovasculares

El impacto que la contaminación atmosférica puede producir en el organismo humano ha de tener una primera clasificación, según su forma de actuación: agudo, es decir, de manera rápida, generalmente a causa de concentraciones elevadas de contaminantes y que pudiera llegar a producir la muerte del individuo, y crónico, esto es, que se presenta en plazos de tiempos más dilatados, como consecuencia de largas exposiciones a concentraciones de contaminantes no muy elevadas, pero que actúan de manera constante y continuada.Por lo que respecta al tipo de afecciones, pueden ser divididas en cuatro grandes grupos: respiratorias, cardiovasculares, cancerosas y alérgicas.

El aparato respiratorio es el primero que recibe la agresión de los contaminantes aéreos. Los daños se manifiestan en forma de bronquitis, asma y enfisema, principalmente. La primera de estas, enfermedades puede ser considerada como la principal, toda vez que, una vez convertida en crónica puede llegar a provocar, según los médicos ingleses, hasta un 10% de la mortalidad general.

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Por lo que respecta al sistema cardiovascular, las principales afecciones detectadas se presentan en forma de dificultades en el riego sanguíneo, obliteraciones o trombosis, sobre todo en las arterias coronarias y en las periféricas de la extremidades. El contaminante que más directamente afecta al corazón es el monóxido de carbono (CO). Su presencia en la sangre dificulta el aporte de oxígeno a los tejidos.

La mezcla del CO con la sangre produce carboxihemoglobina que, si llega a hacerse presente en el organismo en un 66%, se produciría la muerte inmediata. El nivel normal de carboxihemoglobina en el hombre puede situarse entre el 2% y el 3%, que se vería aumentado al 8% en el caso de los fumadores.

Las enfermedades cancerosas están en relación directa con la mayor aparición de este tipo de enfermedades en habitantes de grandes ciudades y zonas altamente contaminadas. Uno de los contaminantes de los que se sospecha directamente su incidencia cancerígena es el conocido por 3,4 benzopireno, si bien en la atmósfera de las grandes concentraciones urbanas se ha encontrado un buen número de agentes químicos que, por lo menos en principio, pueden ser considerados como cancerígenos.

Por último, las reacciones alérgicas en los tejidos humanos se observan en el aparato respiratorio y en la piel, en forma de polinosis, rinitis y asma alérgico.

Cerca de la mitad de las urgencias registradas en los últimos cinco días en los principales hospitales y clínicas madrileñas fueron por motivos directamente relacionados con afecciones respiratorias y cardiovasculares, según informaron a El PAIS fuentes oficiosas próximas a aquellos servicios, lo que supone la cifra de uno de cada dos ingresos.

La situación se había aliviado anoche, debido principalmente al apreciable descenso de la contaminación, motivado por el. cierre de la mayoría de las fábricas madrileñas, coincidente con el fin de semana y con el éxodo masivo de decenas de miles de turismos particulares y la no utilización de calefectores.

Pese a todo, persistirá al menos durante dos días la situación anticiclónica, que facilita la sedimentación de los humos y partículas en las capas inferiores del aire del centro de la ciudad. Los meteorólogos prevén una entrada de frentes fríos, posiblemente acompañados de chubascos para el martes o el miércoles la contaminación se recrudecerá, con toda probabilidad, el lunes.

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