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Por trescientos millones se puede reducir la contaminación de Madrid en un 70%

La comisión de colaboración para el tema del medio ambiente aprobó ayer un plan para reducir la contaminación atmosférica de Madrid en un 7% en el transcurso de los próximos dos años, mediante la utilización de gases licuados de petróleo (GLP) en los autobuses urbanos y taxis y la prohibición de repartir botillería de nueve de la mañana a dos de la tarde en el centro.

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El delegado de Circulación plantea reparos al plan

Para que este plan entre efectivamente en vigor falta ahora la decisión última. del gobernador civil, después de haber oído a los ayuntamientos afectados por el plan, que son los de Madrid, Móstoles, Alcorcón, Getafe, San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. Se trata de las poblaciones instaladas en el eje que recorren los vientos dominantes y que, por tanto, son las más afectadas por la contaminación, hasta el punto de que las localidades periféricas citadas presentan índices medios más altos que los de Madrid.En el caso de los autobuses, la medida consiste en que tendrán que utilizar lana mezcla de GLP (25%) y gas-oil (75%). Los vehículos afectados son unos 3.000, pertenecientes a la EMT y a las líneas periféricas. Las transformaciones que exige el motor para realizar esta mezcla son de unas 60.000 pesetas en cada caso, lo que equivale a una inversión global de unos 180 millones.

Los taxis tendrán que sustituir progresivamente la utilización de gas-oil por GLP, aunque se les concederá un plazo prudencial para que efectúen el cambio cuando hayan amortizado su vehículo actual y se dispongan a adquirir uno nuevo. En ese caso, tendrán que comprar un motor de gasolina al que tienen que aplicar unos cambios que cuestan entre 25.000 y 30.000 pesetas. Se calcula que los taxis afectados serán algo más de 4.000, que supone un costo global de unos 120 millones.

En cualquier caso, se trata de una inversión de trescientos millones, que los responsables del medio ambiente en la provincia consideran poco relevantes frente al costo social, no cuantificado hasta ahora, de la contaminación atmosférica, máxime cuando alcanza los niveles de Madrid.

El delegado provincial de Medio Ambiente, Carlos Carrasco, ha manifestado a este respecto: «Dicen que estamos tomando medidas drásticas, pero son las menos drásticas que podemos tomar, porque, en otro caso, algún día nos veríamos forzados a paralizar la vida ciudadana ante una situación de emergencia. »

Los datos que se tienen de estos dos años últimos, con unas condiciones climatológicas muy favorables -vientos fuertes y lluvias abundantes-, hacen pensar que este invierno seco y soleado que se anuncia puede plantear serios problemas a Madrid.

El señor Carrasco declara que en 1978 se rebasó en veintiuna ocasiones el nivel tolerable que marca la legislación vigente (trescientos microgramos de partículas en suspensión por metro cúbico) y tres; veces se superó la emergencia de primer grado (seiscientos microgramos). En lo que llevamos de año se ha llegado una vez a rebasar la emergencia de segundo grado (mil microgramos), siete veces la de primer grado y en veintiuna los niveles tolerables.

Los niveles de emergencia que marca la ley vigente parecen incluso muy altos a los técnicos, y es muy posible que la CIMA (Comisión Interministerial de Medio Ambiente) se pkantee su reducción, con lo cual Madrid estaría en una permanente situación de emergencia.

Todo ello configura una situación altamente peligrosa para la salud de los madrileños y, más concretamente, para los enfermos crónicos de pulmón y corazón. La delegación de Medio Ambiente, en combinación con Sanidad, pretende a este respecto realizar un mapa comparativo de los días de mayor contaminación y de mayor número de muertes por estas causas. También el Ministerio de Sanidad dispone de una muestra realizada sobre 1.200 niños Para conocer el impacto de la contaminación en la morbilidad infantil.

A la vista de todos estos datos, los integrantes de la comisión de colaboración (representantes de ayuntamientos y Administración central) no pusieron excesivos reparos al plan propuesto, aunque sí hubo ciertas dificultades apuntadas por el delegado de Hacienda, al ser el GLP un combustible primado. También el representante del Ayuntamiento de Madrid pidió que se contase con la corporación al aplicar el plan, lo cual es preceptivo desde un punto de vista legal.

Por lo que se refiere a los problemas de seguridad que algunos han planteado, la sustitución de bombonas por depósitos cerrados elimina, al parecer, cualquier riesgo. Las dificultades de un aprovisionamiento que han señalado los taxistas serán superadas también mediante la instalación de surtidores de gas a granel, que realizarán la misma función que las gasolineras actuales.

En cualquier caso, la aplicación más concreta del programa exigirá que cada ayuntamiento realice en un plazo de tres meses un proyecto para su ámbito.

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