Posible suicidio de un niño de trece años en Lugo

El niño Benigno Quiroga de la Mota, de trece años de edad, fue encontrado muerto con un tiro en la nuca sobre la cama de su dormitorio, que había sido cerrado por dentro, en la mañana de ayer. Este suceso, que ha conmovido a la opinión pública lucense y sobre el que se mantiene el más absoluto silencio oficial, ha dado lugar a especulaciones de todo tipo, de las que la más reiterada es que no se trata de un accidente fortuito. Sin embargo, fuentes próximas a medios oficiales aseguraron a EL PAÍS que se debió a «un accidente fortuito cuando manipulaba una escopeta de caza».

El suceso se produjo alrededor de las nueve y cuarto de la mañana y en la casa se encontraba la madre del fallecido, quien, al oír el disparo, llamó a la policía, que tuvo que derribar la puerta del dormitorio para penetrar en él. Benigno Quiroga, el menor de cuatro hermanos, había nacido en Venezuela, en donde permaneció hasta hace unos tres o cuatro años, fecha en que definitivamente llegó con su familia a Lugo. Cursaba sus estudios en el centro Menéndez y Pelayo.Aunque las noticias sobre el suceso son contradictorias, parece ser que el niño había sufrido recientemente un proceso meningítico. Las contradicciones se extienden también al número de disparos. Vecinos próximos al inmueble, situado en un segundo piso del número 14 de la calle Orense, aseguraron oír dos disparos, «que confundimos con el ruido de las pistolas grapadoras que utilizan los trabajadores de la Telefónica», quienes se hallan realizando obras en esta calle. Sin embargo, este corresponsal pudo hablar con los habitantes del tercer piso del inmueble, quienes aseguraron que «a las nueve y cuarto de la mañana oímos un ruido extraño pero prolongado. En principio creímos que se había caído algo, porque no se diferenciaba claramente que fuese un disparo».

Las contradicciones sobre la personalidad de Benigno Quiroga son también notorias. Mientras algunos apuntan que tenía disminuidas sus facultades mentales, otras fuentes consultadas por este medio aseguran que se trataba de una persona afable y muy inteligente». «Nosotros lo veíamos casi todos los días y era muy amable», dijeron sus vecinos del piso superior, «aunque un tanto extraño, porque tenía conversaciones de una persona de cincuenta años. Le gustaba el porqué de las cosas y daba explicaciones de lo que hacía aun sin pedírselas. Lo que pudimos comprobar en la relación que tuvimos con él es que era un niño muy inteligente: demasiado para su edad.» A este respecto hay que recordar que Lugo es la provincia española con un mayor índice de suicidios.