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Cuatro mínimos y los bancos...

Los bancos se han constituido en protagonistas indiscutibles de la tanda, relegando al olvido actuaciones que en otras circunstancias hubiesen resultado noticiables.Los cuatro mínimos anuales consecutivos que reflejó el índice general, la discreta consistencia que observaban las eléctricas, el mejor ambiente del sector alimentación o la espectacular recuperación de Tubacex, que remontaba 7,75 puntos (un 35%), eran ensombrecidas por la abundante oferta de títulos bancarios. y por el peculiar comportamiento de estas entidades ante su masiva oferta.

El importante volumen de papel, que arrastraban desde las últimas sesiones de la pasada tanda, se vio confirmado, e incluso incrementado, desde la sesión del martes, donde el saldo total de títulos puestos a la venta superaba los cuatrocientos mil títulos.

En esta ocasión optaban por marcar papel sin operaciones.

Esta decisión no iba a resolver prácticamente nada, pues el miércoles los volúmenes de papel para los siete grandes del grupo se habían incrementado en 100.000 títulos. Ante esta circunstancia, las entidades solicitaban, y conseguían de la junta sindical, autorización para bajar dos puntos, lo que en muchos casos no representa ni un 10%, y atender la oferta tan sólo en una décima parte.

Satisfechos de los resultados conseguidos, los bancos volvieron a la carga el jueves, repitiendo la jugada. En este caso, las órdenes de venta superaban los seiscientos mil títulos.

No obstante, son de nuevo autorizadas para eludir el reglamento, y toman un 10%, bajando dos puntos. El viernes la situación vuelve a repetirse, pero en esta ocasión los saldos vendedores se aproximan a los 750.000 títulos, de los que unos 250.000 corresponden a Banesto. La autorización para atender un 10% de la oferta, de nuevo se produce sin mayores dificultades, y las entidades, con la única excepción del Popular, ceden otros dos puntos.

Resultaba evidente, para buena parte de los habituales, que la peculiar actuación de la banca sólo había conseguido favorecer el proceso de «hinchado» (en definitiva, ventas en descubierto) de las órdenes vendedoras para el grupo, circunstancia que determinaba el que los volúmenes aparentes de papel alcanzasen tan desorbitante cifra.

Para el resto del mercado apenas caben comentarios. La desgana entre los operadores era producida por la falta de órdenes.

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