La profesión periodística

Sirvan estas líneas al hilo del espléndido artículo de Javier Pradera, sobre nosotros los periodistas, para expresar nuestra satisfacción de que EL PAÍS haya valorado en su justa medida el tema de la profesión periodística.Serán muchos los companeros que sientan la lógica identificación con el artículo de Pradera, y no estaría de más que lo expresaran en sus medios, allí donde trabajan los con-carnet y los sin-carnet, para mostrar su adhesión a lo que ya se puede denominar profesión abierta, frente a aquellos que quieren cerrarnos, enclaustrarnos y mejor controlar a los «elegidos» desde las asociaciones heredadas del pasado.

Ya es triste que la realidad social -sindicatos, foros, leyes- hayan colocado en la palestra a las distintas profesiones, renovando sus estructuras, revisando las organizaciones gremiales que las caracterizaban... y no haya ocurrido así en el caso de los periodistas. Pero todavía estamos a tiempo, quizá, de deshacer entuertos y ver reflejadas en la legislación -esa ley de información próxima- las aspiraciones que tan bien ha plasmado Javier Pradera. Sólo nos queda animaros en esa idea de clarificar el panorama de nuestra profesión y convocar a todos los medios, periodistas, organizaciones sindicales y políticas para que se posicionen al lado de los auténticos periodistas que, en definitiva, son los que con número de registro o sin él viven del periodismo y hacen posible cada día el fenómeno informativo en España.

Además de los extremos que denuncia el articulista, a propósito del proyecto «alumbrado» por la Federación de Asociaciones de la Prensa -«paraíso de licenciados», nivel de subdesarrollo, gremialismo, «titulitis», «profesión cerrada»-, no se puede olvidar el extremo más aberrante del mencionado proyecto de ley, que se refiere a la persecución de todos aquellos profesionales que no tengan el carnet, que no sean licenciados.

Es importante que comprendamos la necesidad de tomar en serio nuestros problemas,y manifestarnos favorables a una profesión donde quepan los auténticos periodistas, no sólo los que tengan un título sino los que cada día nos esforzamos, codo a codo, y sin preguntamos el número de matrícula en la universidad o la escuela oficial, por hacer una información independiente y que responda a la realidad de la sociedad española.

(Periodistas de Informaciones)