Cinco atentados en París de los separatistas corsos
Tras varios meses de silencio, los separatistas corsos reaparecieron ayer cometiendo cinco atentados en París y en la periferia de la capital. Como de costumbre, no hubo víctimas humanas, pero sí destrozos considerables en los edificios o centros oficiales atacados.El «Frente de Liberación Nacional Corso» (FLNC), el movimiento independentista y clandestino de Córcega, reivindicó ayer los atentados que se produjeron, en el espacio de quince minutos, durante la noche del miércoles al jueves, en la capital y en sus alrededores. Una dependencia del Ministerio de las Universidades, una estación periférica, los almacenes de la fábrica nacional de tabacos Seita, un depósito de gasolina del Ejército y un centro postal fueron el objetivo de las cargas explosivas. Los daños materiales han sido relativamente importantes. El sabotaje más grave fue dirigido contra el depósito de gasolina del Ejército.
El FLNC no había vuelto a manifestarse desde que, en el último mes de julio, el Tribunal de Excepción de Seguridad del Estado había juzgado y condenado severamente a varios de sus militantes. Durante estos últimos meses se especuló mucho sobre este silencio y portavoces allegados a los separatistas suponían que «el período de meditación serviría, quizá, para revisar su estrategia en el sentido de la creación de una rama política, complementaria de la militar».
Con estos atentados, el FLNC parece que responde a las interrogaciones que se planteaban sobre su desaparición; por otra parte, sería un aviso a las autoridades en vísperas de nuevos procesos contra sus militantes. Estas acciones en Francia responden a las declaraciones que, en tal sentido, hicieron en una conferencia clandestina, en las proximidades de París, el pasado verano: «intensificaremos la guerra en el continente», advirtieron entonces.
De todos los nacionalismos franceses, el corso es el que le plantea el problema más agudo al Gobierno central. La historia de la llamada isla de belleza y su insularidad favorecen el enraizamiento del sentimiento nacional, defendido igualmente por los autonomistas que encarna el doctor Edmond Simeoni. Aunque sus métodos no se estiman oportunos, el FLNC goza entre la gran mayoría de los corsos de un respeto que, por ahora, no es valorado por las autoridades centrales.
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