La recesión norteamericana apenas afectará a Europa

La economía norteamericana se hundirá en los próximos meses, en una recesión que será menos severa que la de los años 1974-1975 y que tendrá escasas repercusiones en Europa, cuya economía todavía podrá mantener ligeras tasas de crecimiento, según la opinión unánime de dos economistas del Conference Board, de Nueva York, una organización privada de empresarios y hombres de negocios norteamericanos que analizan periódicamente las tendencias económicas.

Edward Fielder y Richard Brown, asesores económicos del Conference Board, mantuvieron ayer, en un coloquio sobre la economía norteamericana celebrado en la sede del Banco Internacional de Comercio, que la recesión norteamericana comenzará a notarse incluso en el curso de este último trimestre del año 1979 o, como más tardar, en el primero de 1980, y que su impacto, tanto en Estados Unidos como en Europa, será menos profundo que la de los años 1974-1975,El primero de los dos economistas, en concreto, opinó, sin embargo, que la economía norteamericana todavía sigue creciendo a un ritmo limitado en estos momentos y que, aunque la recesión le parece inminente, la fortaleza de la economía norteamericana está fuera de toda duda, pese a la inflación de dos dígitos que padece y al alto nivel de desempleo, déficit exterior y debilidad del dólar que soporta.

Las razones que Edward Fielder aportó para considerar la inminencia de la recesión se fundamentan en tres factores. Por un lado, la evidencia de los indicadores económicos: crecimiento acelerado de los inventarios, alta inflación, notable incremento del crédito al consumo y señales ambivalentes en lo que respecta a la construcción de nuevas viviendas. En un segundo plano, el tipo de política económica mantenida por el Gobierno Carter (amplio déficit presupuestario y política monetaria restrictiva), y finalmente, el deterioro del poder adquisitivo de los salarios, junto al incremento de los precios de la OPEP.

Según el asesor económico del Conference Board, la recesión norteamericana será menos severa que la de 1974 y de mucho menos duración, en parte porque, en un año electoral, el Gobierno modificará su política económica y emprenderá medidas, como un recorte de impuestos, que servirán para estimular la economía. Fielder mantuvo además que algunos de los indicadores comenzarán a mostrar sensibles cambios en las tendencias actuales.

Respecto a los tipos de interés y a la política monetaria seguida por la Administración Carter, el economista norteamericano mantuvo que los tipos de interés, situados ahora, en lo que respecta al prime rate, en un 15%, se mantendrán durante varios meses e incluso podrán llegar a incrementarse. No obstante, la tendencia cambiará en cuanto se toque fondo en la recesión, hasta situarse en un (8% o 10% a finales de 1980.

Sobre la inflación norteamericana, situada ahora en un 14%, aproximadamente, el asesor económico citado opinó que ésta podría subdividirse por los factores que la componen 8-9%, factores propiamente económicos; 2 %, factores cíclicos, y 3-4%, a la subida de los precios del crudo) y que la desaparición paulatina de algunos de ellos permitiría suponer que el índice de inflación se situaría en un margen del 8-9% a finales del próximo año.

En cuanto al dólar, Edward Fielder rehusó hacer comentarios definitivos, pero predijo que si la economía norteamericana seguía el curso por él presentado, el dólar mantendría su valor.

Impacto en Europa

El economista de la organización, Richard Brown, presentó, por su lado, una visión más optimista que la de Fielder, en cuanto a la situación económica en Europa y, en este sentido, descartó que Europa resultase afectada por una recesión. Eso sí, el economista británico opinó que el crecimiento económico global de Europa, situado en un 4-5 % en los años previos y a un 3-3,5% en 1978-1979, quedaría reducido a un modesto 1-1,5% en el año próximo.Pero Richard Brown opinó que Europa, con excepción de algunos países, siguiese el mismo camino que la economía norteamericana, y citó como una de las razones de esta previsión el hecho de que Europa todavía no haya tocado techo en la recuperación de la recesión de los años 1974-1975, y al hecho de que el sector de la exportación se encontraba con excelente salud en algunos países europeos. Dijo también que habrá una mayor demanda en Europa, que ayudaría a superar la crisis.

País por país, el economista europeo del Conference Board señaló que Francia podría resentirse más con la crisis, después de los años de estímulos previos y de buenos resultados en el sector exterior; que Gran Bretaña podría ser uno de los países más afectados por la recesión norteamericana y que Dinamarca ofrecía también elementos no muy claros en sus perspectivas económicas.

Citó el caso de Alemania como el ejemplo de una economía fuerte, y señaló que su estado económico general es «francamente bueno», con unas expectativas de crecimiento del 2-3% el próximo año.

Expectativas políticas

Por último, el presidente del Conference Board, Kenneth Randall, analizó la situación política en Estados Unidos en el comienzo de un año electoral, y opinó que, mientras el lado demócrata se debatía en el conflicto Carter-Kennedy, en el lado republicano el candidato-aspirante más alentador para un amplio sector de los hombres de negocios era Jhon Connally, ex gobernador de Texas, ex secretario del Tesoro y ex miembro del Partido Demócrata.