El Polisario mantiene su control sobre Mahbes
Nueve días después de haber sido atacada y completamente dominada por una importante fuerza saharaui, un silencio de muerte y desolación y un olor pestilente e insoportable reinan sobre Mahbes, localidad estratégica del Sahara Occidental situada, a menos de cincuenta kilómetros de la frontera argelina.Un grupo de cinco periodistas, entre ellos el corresponsal de EL PAÍS, permaneció el pasado lunes en ese lugar en compañía de una reducida escolta del Polisario, en pleno día y por espacio de varias horas. Los periodistas hemos podido constatar que el Frente saharaui es dueño absoluto de la localidad, sobre la que no hay señales de vida.
Los enviados de la prensa podemos dar fe de la magnitud del desastre ocurrido para las fuerzas marroquíes, de la caída y destrucción casi completa de Mahbes y de la inexistencia de toda presencia marroquí, aspectos todos ellos que han sido negados por Rabat.
Mahbes es uno de los puntos de mayor importancia del Sahara Occidental, debido, en buena parte, a que domina la pista Tinduf-Smara y representa el verdadero «cerrojo» de protección del sur marroquí.
Un eventual ataque marroquí dirigido por tierra contra Tinduf es inimaginable, al menos teóricamente, sin la posesión de Mahbes, donde, en tiempos de la presencia española, existía un importante acuartelamiento del Tercio y una numerosa unidad de las llamadas «fuerzas nómadas».
El resto de la guarnición comprendía un escuadrón blindado de carros AMX y un batallón de artillería dotado de misiles Tow norteamericanos y Sam 9 soviéticos. El efectivo total era de 1.200 hombres, aproximadamente.
La localidad en sí ha sido gravemente dañada y el Polisario no tiene interés alguno en permanecer en su perímetro, para no ser blanco de los ataques que regularmente realizan los aviones F-5 y Mirage F-1 marroquíes, estacionados en las bases de Smara, Zag e Ifni.
Numerosos puntos móviles constatados en los alrededores durante la visita atestiguan que el Polisario está asentado sólidamente e impide todo hipotético intento de una fuerza visiblemente desmoralizada, como es la marroquí, de reconquistar la plaza.
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