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Hoy, elecciones en Dinamarca en un clima de profunda crisis económica

Sumida en una profunda crisis económica, que se ha reflejado en la inestabilidad política de los últimos años, Dinamarca celebra hoy su quinta elección parlamentaria desde 1970, en medio de la indiferencia y el escepticismo de la población. Las posibilidades de que los vientos conservadores que soplaron en las recientes elecciones de Suecia se hagan sentir también aquí, cuentan con mucha credibilidad, si bien la situación de ambos países no es estrictamente comparable.

Independientemente de los resultados de la elección, lo que todos admiten es que otra sociedad de bienestar de Europa ha entrado en crisis y afronta un futuro inmediato de dificultades. Desprovista de hulla, minerales y recursos hidroeléctricos, Dinamarca aplicó sus esfuerzos a potenciar las exportaciones de los productos del agro, en cuya explotación logró adelantos considerables mediante la enseñanza y la aplicación de una tecnología avanzada.La industrialización de la producción agrícola y la fabricación de maquinaria para el campo, ocupan la tercera parte de la población activa danesa. Al mismo tiempo, para satisfacer el consumo interno -hasta ahora uno de los más altos de Europa-, y para reducir importaciones, puso en marcha fábricas textiles, montaje de automóviles, industrias químicas y construcciones navales, así como motores Diesel para estas últimas.

Tres millones de cabezas de vacuno y cinco millones de porcinos, proporcionan la leche, mantequilla, quesos y bacón que constituyen el 50% de las exportaciones del país. Cabe agregar, como otro recurso importante, las pesquerías del mar del Norte y el comercio marítimo.

Para mantener esta estructura económica, que funcionó sin tropiezos hasta hace pocos años, Dinamarca necesita importar petróleo, electricidad, hierros, laminados, abonos y alimentos para el ganado. Ello pone en evidencia la vulnerabilidad de su economía, que se ha visto fuertemente afectada en los últimos años por la crisis de la economía occidental.

Paralelamente con su evolución económica, Dinamarca puso en marcha un ambicioso programa social que permitió situar a su población de casi cinco millones de habitantes en una situación de privilegio aún en relación con otras sociedades europeas de alto consumo. Un sistema impositivo impulsado por sucesivos Gobiernos socialdemócratas, fue el mecanismo utilizado para esa distribución social de la riqueza.

Sin embargo, toda la estructura comenzó a resquebrajarse cuando sobrevinieron dificultades en las exportaciones y hubo que pagar bastante más por los productos y la energía importada. Durante el último año, las condiciones de vida empeoraron para los grandes sectores y las perspectivas confirman esa tendencia. Los partidos conservadores sostienen que es necesario reducir en un 30 %, en el lapso de dos años, los gastos públicos.

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Futura coalición

Doce partidos se presentan hoy a disputar los 175 escaños del Parlamento. Ninguno puede aspirar a tener los 86 escaños necesarios para ser mayoría, por lo que el Gobierno que surja de estas elecciones será un Gobierno de coalición. Lo que no está previsto es entre quienes se hará la coalición.Por la izquierda, el mayor partido es el socialdemócrata, que obtuvo el 37,1 % en las elecciones de 1977. Es, por otra parte, el partido mayoritario de Dinamarca, pero con tendencia a decrecer en los últimos años. Completan el bloque de izquierda tres pequeños partidos, el comunista, Partido Socialista del Pueblo y el Socialista de Izquierda. Entre los tres tienen diecinueve escaños en el Parlamento.

Frente a la socialdemocracia, se encuentra el bloque burgués denominado Fyrkloven (trébol de cuatro hojas), que se compone de cuatro partidos, el mayor de los cuales es el Partido Conservador Liberal de los Campesinos (Venstre), que tiene veintiún escaños en el Parlamento. Completan el trebol el Conservador, con quince escaños, Partido Popular, (Kreisteling) seis puestos, y centrodemocracia, once puestos. Un desprendimiento por la derecha de la socialdemocracia. También en el sector de la derecha se ubica el poderoso Framstegparti, que obtuvo un 14,6% en las pasadas elecciones.

Los sondeos de opinión, según la agencia Efe, dan al Partido Socialdemócrata, el mayor partido danés, un máximo de 65 escaños, o sea, los mismos que tenía en el Parlamento anterior, de los 175 escaños de que se compone el Parlamento danés.

Jorgensen y Christophersen dirigieron una coalición socialista-liberal que gobernó durante trece meses y se deshizo a fines de septiembre en vista de que ambos dirigentes no conseguían ponerse de acuerdo sobre las reducciones presupuestarias que convenía hacer.

Jorgensen alega que su partido socialdemócrata no ha dominado la escena política danesa, sino que se ha limitado a gobernar en cooperación con otros.

Dinamarca tiene ahora que enfrentarse con una situación fiscal cada vez peor, a menos que consiga reducir su déficit presupuestario de 14.000 millones de coronas y el ritmo de inflación, que actualmente es de un 10,9%

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