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Los niños madrileños no conocen casi nada de su ciudad

¿Qué es Madrid? Quince niños madrileños, todos ellos de trece años, han tratado de responder a esta pregunta en el transcurso de la Semana Municipal de la Educación, que trataba de comprobar, entre otras cosas, si la enseñanza de la propia ciudad debe ser incluida en los planes educativos. «Es una capital buena, porque está en el centro», ha sido una de las respuestas. Del experimento se ha encargado Pilar Sabaté, profesora de la escuela municipal de base de Montjuich, en Barcelona.Pese a la edad de los niños, ninguno de ellos tiene claros los conceptos de extensión, tiempo y otros fundamentales para asimilar su entorno. La prueba de ello es la idea que todos ellos tienen de Madrid. La necesidad de incluir el tema de la ciudad en la enseñanza se ha mostrado como evidente.

Según el entorno familiar y social de los niños, varían las afirmaciones que éstos hacen de la ciudad. Todo ello puede observarse en las respuestas. A la pregunta de ¿qué es Madrid?, las respuestas fueron: una ciudad con mucho ruido, con muchas industrias, con muchos turistas, con mucha contaminación, con muchos habitantes, una ciudad donde a nadie le gusta estudiar, una ciudad sucia porque no respetamos las reglas, una capital buena porque está en el centro.

Al pedirles que hicieran comparaciones de Madrid con otra cosa que se le parezca, a ninguno de ellos se le ocurrió pensar en otra ciudad: a un vertedero, a una papelera, a un desierto, a un cementerio, a una discoteca.

"Que nos lo explique el alcalde"

La ignorancia de los niños respecto a la ciudad en que viven puede decirse que es total. Alfredo Tejero, concejal de Educación, dice estar a favor de que el tema se lleve a las aulas escolares, porque él, a esa edad, no sabía ni por dónde pasaba el Tercer Cinturón de Madrid. Sin embargo, la ignorancia respecto al tema llega a unos extremos mayores de los que habla el concejal, porque los niños, al menos los que participan en esta experiencia, desconocen desde la extensión de la ciudad hasta las provincias limítrofes. «Yo los límites no los sé, pero podríamos saber lo que mide Madrid colgando un metro de un camión.» Otro de los niños propone coger una computadora y preguntarle cuántos metros mide la ciudad. Un tercero, más práctico, dice que «lo mejor es esperar al sábado y se lo preguntaremos al alcalde». Al final de la clase, entre todos han conseguido, aclararse respecto a lo que es la longitud y la extensión. A partir de medir con sus dedos y sus palmas la mesa o cualquier otra cosa, han podido comprender cómo pueden medir Madrid o, mejor, ya tiene sentido para ellos ir a un manual y consultar la pregunta. Las propuestas que han formulado los niños se han escrito en la pizarra y sirven para descubrir métodos con los que medir la ciudad.Y «¿qué cosas conocéis a las que no se parezca Madrid? Decidrne dos». Las respuestas que los niños dan a la profesora tienen todas un fuerte tinte de añoranza campestre: «Un parque», «una pradera», «un río con aguas limpias», «un río sin ratas». «Pero si el río está limpio, no habrá ratas», dice Pilar Sabaté. «No es lo mismo», insiste el. niño, «un río puede estar limpio y tener ratas. Yo digo un río sin ratas». El niño insiste. Sin duda a él le ha impresionado la abundancia de ratas de San Fermín (todos los años se organizan cacerías de múridos en el barrio), y ese es el punto de referencia más fuerte que tiene de la ciudad.

Parte importante de las clases experimentales ha sido saber lo que los niños quieren saber de Madrid. Evidentemente, hay diferencias con lo que los adultos suponen que debe interesar a los niños. Hay una clara conclusión: los niños quieren saber cosas sobre la ciudad en que viven. Estas fueron sus respuestas: fecha de su fundación y cómo se fundó; quiero saber por qué no solucionan los problemas y por qué ponen siempre pegas a la solución; por qué la han elegido capital, porque podrían haber puesto otra; extensión y número de habitantes, para saber si es de las más adelantadas o menos; qué lugar ocupa en Europa; número de pueblos de Madrid; por qué hay tanta contaminación, y cómo se puede corregir. Las preguntas son contestadas por otros chicos -la profesora está como una alumna más-, y al final se obtienen las conclusiones. Por ejemplo, al que preguntó lo de la contaminación, otros niños le explicaron la existencia de algunos métodos para acabar con la contaminación. Su pregunta final fue: «Si existen formas para limpiar el aire, ¿por qué no se hace?»Los métodos de descubrimiento de la ciudad propuestos por los propios niños fueron también de lo más variado: «haciendo una encuesta, porque reuniría las opiniones; escribiendo una carta al alcalde; mirando en un libro sobre Madrid; que lo explique un profesor; por medio de un computador -fue curioso ver la cantidad de veces que los niños pedían recurrir a las computadoras-; por medio de periódicos; por medio de fisicos (un señor que estudia la naturaleza) o preguntando a un grupo de personas que estén preparadas sobre ese tema».

La ciudad, a estudio

Pilar Sabaté está totalmente convencida del interés que puede tener la introducción de la enseñanza sobre la ciudad. «Aquí he visto que los niños plantean cuestiones referentes a Madrid, y eso es prueba de su interés. No creo que debiera plantearse como asignatura, sino como materia interdisciplinaria. Por sus respuestas he visto que quieren saber datos geográficos, históricos, etcétera. Les interesan diferentes aspectos, y por eso el tema debe ser abordado globalmente, por todos los profesores. Hacerlo de otra manera sería estudiar la realidad por entregas y, evidentemente, no se trata de eso. El profesorado debe hacer un esfuerzo para dar respuesta a los temas que más preocupan a los niños y estudiar las posibles relaciones que las cuestiones planteadas tienen entre sí.»Sin embargo, dentro de los métodos tradicionales de enseñanza, la inclusión del estudio de Madrid parece que sólo podría hacerse como una materia obligatoria más. Pilar Sabaté cree que el obstáculo puede vencerse siempre que los profesores tengan suficiente interés en ello. También cree que el Ayuntamiento puede tener un papel importante a la hora de desarrollar este proyecto. «El Ayuntamiento de Madrid ha demostrado en estas jornadas una buena disposición y dispone de diversas personas capacitadas para sacar este tema adelante. De todas formas, para que los resultados de esta experiencia no caigan en saco roto, deberían crear un gabinete que recogiera este primer sondeo y estudiara, junto a los enseñantes que han participado, la diversidad de problemas y aciertos que se han producido. Con todo este material debiera organizarse un debate a nivel general, y con los resultados, pasar a su aplicación práctica.»

El concejal de Educación, Alfredo Tejero, piensa también que Madrid debe ser motivo de estudio en los colegios. Los resultados concretos de estajornada dice que van a ser, de momento, puramente orientativos, pero que la aplicación práctica de las conclusiones respecto al estudio de Madrid debe decidirla el profesorado.

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